Buenos días.
Abre la semana que, pase lo que pase, va a marcar el futuro de Europa… y de España. La celebración del referéndum británico de permanencia en la Unión Europea va a servir por lo menos para eliminar la incertidumbre sobre quién forma parte del bloque.
Faltan sólo tres días, pero la volatilidad a priori será constante a pesar de que los partidarios de la salida hayan perdido fuelle a raíz del asesinato de una política laborista. Sobre qué sucederá después hay cábalas de todo tipo y condición, si bien lo mejor es ir por partes y pensar de momento en el jueves. Y el domingo turno de las generales españolas, cruciales en un momento en el que la recuperación necesita afianzarse y las corrientes «alternativas» siguen extendiéndose por el continente: última parada hasta el momento, algunas de las alcaldías italianas más importantes.
EEUU vigila expectante cuáles son los caminos que los europeos van a tomar, y muy especialmente la Reserva Federal, con un ojo en los acontecimientos internacionales y el otro en la dinámica económica interna. Precisamente en esto último, el sector de la construcción, que tanto ha sumado a la recuperación de este país en lo últimos años, frenó las buenas cifras que venía presentando. Tanto los pedidos de construcción como la vivienda iniciada quedaron por debajo de lo esperado, lo que no significa que se haya parado ni muchísimo menos.
Peor le van las cosas, y desde hace bastante tiempo, a Japón. Prácticamente nada está funcionando a fecha de hoy y así lo reflejan los indicadores económicos. Esta madrugada conocíamos otra entrega del déficit comercial, de nuevo por culpa de la falta de tracción de la economía global y de la condición de activo refugio del yen, que ha subido con intensidad ante la evolución de los mercados estos meses a pesar de los esfuerzos de los Abenomics por depreciarla.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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