Hoy se celebran en EE.UU. las elecciones de mitad de mandato “midterm”, donde se medirá el respaldo al Gobierno de Joe Biden, en un momento en que el índice de aprobación del actual presidente de EE.UU. está por debajo del 50%. Estas elecciones de mitad de mandato tienen su importancia desde el punto de vista político y económico.
En lo político, se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 36 de los 100 escaños del Senado y la elección de los gobernadores de 39 estados.
En el Congreso, actualmente el partido del presidente tiene la mayoría, pero las encuestas apuntan a que los republicanos pueden ganar esta Cámara, algo que también puede pasar en el Senado, aunque las encuestas están más ajustadas.
Desde el punto de vista económico, son muy importantes estas elecciones porque si los republicanos ganaran la mayoría en el Congreso, podrían frenar muchas iniciativas fiscales que están realizando los demócratas, como el alza de los gravámenes sobre los beneficios de las empresas gasísticas y petroleras o los fondos destinados a la guerra de Ucrania. Además, podrían obligar al Gobierno de Biden a realizar recortes presupuestarios. Sin duda un Congreso más polarizado limitaría el gasto fiscal, aunque lo más seguro es que los programas ya aprobados por el Gobierno demócrata no se anularían. Me refiero a los estímulos fiscales para aumentar el gasto en infraestructuras, los estímulos para la transición energética o la inversión en la industria de semiconductores.
La situación del Senado, aunque es una Cámara con menor repercusión económica, desde el punto de vista político tiene mucha importancia, ya que tiene la potestad de nombrar comisiones de investigación, y algo más importante, realiza los nombramientos del Tribunal Supremo.
Como decía, esta Cámara está muy ajustada entre los dos partidos y actualmente ganan la mayoría los demócratas por el voto de calidad de la vicepresidenta Kamala Harris.
En definitiva, la situación es complicada para el Gobierno de Biden por el aumento del precio de los alimentos y bienes de consumo, de la energía y del precio de la vivienda, temas cruciales para la ciudadanía que sin duda le están penalizando.
Ayer las bolsas europeas cerraron ligeramente positivas exceptuando el índice londinense FTSE 100, que cayó medio punto. En EE.UU. seguimos con las subidas, con el índice Dow Jones alcanzando los 32.827 puntos (+1,31%), el índice S&P 500 en 3806 (+0,96%) y el sufrido Nasdaq con una revalorización del +0,85%…
Los bonos volvieron a caer, subiendo las rentabilidades en todos los plazos de la curva de tipos de interés. Los comentarios de Powell la semana pasada se han reflejado en mayores caídas en precio con el bono alemán a dos años tocando el 2,20% y el bono americano al mismo plazo en el 4,72%. Ayer el euríbor a doce meses tocó el nivel más alto desde 2008 (2,80%) y el tipo de interés a dos años en Europa (la curva swap) alcanzó el 3,07%. Aunque el mercado se tomó la libertad de pensar que las subidas de tipos ya habían tocado techo, las palabras de Powell y los niveles actuales de inflación (10,7% en la UEM, 10,1 en el Reino Unido y 8,2% en EE.UU.), con un mercado laboral firme y con una tasa de paro cada vez más baja, nos devuelven a la realidad.
Hoy el dato más importante que se publica serán las ventas al por menor en la eurozona y deberemos esperar al próximo jueves para ver el dato del IPC americano del mes de octubre.
Feliz martes.