Buenos días.
Menuda novedad que la reunión de ayer entre Grecia y sus acreedores terminara en nada. Dos mil millones de euros resultan traducirse en diferencias teóricamente insalvables, por la vía de las pensiones, los impuestos o los recortes en gastos diversos, pero son esas cosas que tiene la política, que cada día puede volver a ser el primero. El tiempo se acaba, pero no sólo para el Estado, también para la banca del país, que recibe otro golpe semimortal de S&P para un sector que aguanta en pie gracias a los fondos que le proporciona el BCE, casualmente uno de los acreedores del país.
El calendario de indicadores fue exiguo pero positivo, tanto en Europa como en EEUU. La producción industrial de la zona euro sube en abril, igual que la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan o los precios de producción norteamericanos. Es bueno confirmar la recuperación en este continente, pero igual de bueno será que EEUU haga lo propio después de los estragos del invierno.
Grecia cuando toque, o la política monetaria estadounidense igual, seguirán siendo los animadores de los mercados financieros. Añadir además la posibilidad y el enorme impacto que Draghi y Yellen pueden dejar, especialmente en el mercado de bonos, el más irascible del momento.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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