Cuando eres pequeño, los adultos se empeñan en decirte que el tiempo pasa muy rápido y tú, con tus escasos 10, 12 o 15 años piensas todo lo contrario.
Pero cuando todavía te parece que fue ayer la temporada de presentación de resultados corporativos del tercer trimestre de 2019, hoy comienza ya la correspondiente al último trimestre del año. Y claro, como siempre, te das cuenta de que tus padres tenían razón y los trimestres pasan como si fuesen días. Señores y señoras, bienvenidos al baile de compañías reportando sus cifras, dándonos sus perspectivas de futuro y sufriendo la, muchas veces, bipolaridad de los inversores como respuesta a sus números. Como siempre, el telón lo levantarán los bancos americanos, con JP Morgan, Citigroup y Wells Fargo a la cabeza.
También de padres (o abuelos) es citar el refranero español para cada consejo que pides. En el caso de la negociación de la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China llevamos meses diciendo que hasta que no lo veamos no lo vamos a creer. No sería la primera vez que algo dado por hecho termina por no suceder, aunque en este caso, siendo mañana el día de la firma, parece que por fin tendremos la tan ansiada foto. Además, Washington ha retirado al país asiático de la lista de manipulador de divisas, probablemente como gesto de buena voluntad. En cualquier caso, como consejo de cara a las idas y venidas que muy probablemente nos deje la segunda parte de las conversaciones, ante noticias positivas y antes de tirar cohetes, pensemos que hombre precavido vale por dos.
En Europa ayer fue un día sin grandes noticias más allá del melón abierto hace unos días por Christine Lagarde sobre la necesidad de que los estados miembros coordinen políticas fiscales. Y claro, esto es una clara alusión a Alemania, de los pocos países con espacio presupuestario para reducir sus ingresos o aumentar sus gastos. Pero en el país germano no están del todo convencidos, pues existe cierta alergia común a los déficits presupuestarios, provocada por las facturas que el país tuvo que pagar por la II Guerra Mundial. Como diría Merkel “Ein gutes Gewissen ist ein sanftes Ruhekissen”.
Buen día.
PD: Como la audiencia no se esperaba mis conocimientos de alemán (que no tengo, pero tiene Google por mí), el refrán significa: “La mejor almohada es una conciencia tranquila”