El riesgo de una guerra comercial no solo es serio de por sí, sino que representa un factor que de verdad podría tumbar el crecimiento económico a escala global. Así lo vienen interpretando todos los agentes económicos de peso, como bien pueden ser los principales bancos centrales, para los que solo la inflación, y por motivos evidentes, está un peldaño por encima en la graduación de amenazas.
Aunque no hubiera advertencias o nuevas sanciones contra y desde China, sí fue Europa la que respondió con algo de timidez a los aranceles norteamericanos… Tan solo 2.800 millones. No debe ser poca cosa lo que estamos viviendo para que ya sí, se confirme que los productores alemanes de vehículos estén clamando por la liberalización de las ventas en Europa, que hasta ahora han contado con un impuesto para los coches de EE.UU., impidiendo el correcto funcionamiento de algo elemental como es la libre competencia.
Además de asuntos de comercio internacional, la reunión de la OPEP que hoy da comienzo puede tener un impacto significativo sobre la actividad real, así como sobre los mercados. ¿Se impondrán las ganas de rellenar los vacíos de producción o la cautela y seguir presionando los precios al alza? Es una organización de amigos tan enemigos que todo es posible.
Por último queda mencionar al Banco de Inglaterra, del cual no se esperan movimientos, mucho menos un protagonismo propiedad exclusiva del BCE y de la Fed. Tiene a su favor el organismo británico la ventaja que le ha venido dando la relajación de la inflación a pesar de que la libra siga vagando por los infiernos, pero es que la indefinición del gobierno de May sobre el brexit es tal, que esto mismo está suponiendo un necesitado respiro para la economía.
Buen día.