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31/07/2017 AUTOR: Amílcar Barrios Vilallonga Morning meeting

El problema se llama inflación

El problema se llama inflación

31 de julio y aquí seguimos. El mercado, las compañías y la economía en general no descansan ni lo harán tampoco este verano, aunque bien es cierto que la actividad, en términos generales, siempre desciende, haciendo más peligrosos si cabe a los repuntes de la volatilidad.

Todo indica que no debiera haber sorpresas por el lado negativo, pero la situación siempre es susceptible del cambio.

Ahora mismo contamos con el ejemplo del PIB de EEUU que se publicó el viernes. A grandes rasgos el dato se puede decir que es positivo, no solo por la cifra en sí, sino por lo que subyace. Este crecimiento sigue apalancado en el consumo, solo que además esta vez el componente de inventarios no es que no haya sumado, es que ha restado décimas, algo que paradójicamente puede llegar a ser positivo cuando el escenario, como el actual, indica que no estamos a las puertas de una recesión. También la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan subía como ya lo hiciera el de The Conference Board, buena señal en todo caso y más aún con los Trumponomics parados.

Pero no todo era positivo. Lo relativo a la inflación ha vuelto a suponer un fracaso. En el PCE trimestral, una medida diferente al IPC pero que viene a calcular prácticamente lo mismo, se demuestra que los precios siguen en estado de letargo. Y algo similar con los costes laborales, que aunque sí que crecen, no terminan de despegar con suficiente fuerza, por lo que la conclusión es que la Reserva Federal tiene ante sí el gran reto de elegir en un entorno que no es el previsto.

Por lo que a Europa toca, los países siguen creciendo como se esperaba de ellos. Así lo reflejaban el viernes los datos de PIB de Francia y España para el segundo trimestre. Pero aquí, a imagen y semejanza de lo que ocurre en EEUU, el problema se llama inflación y también el descenso de la misma era lo que se veía en Francia. Pero es que quizás lo verdaderamente importante es que el IPC de Alemania rompía los pronósticos con una subida que no esperaba nadie, añadiendo un extra de tensión a la visión sobre el QE en el seno del BCE.

En el mundo de los resultados empresariales, el viernes se vivió una sesión sectorialmente sesgada. En el lado de los buenos se situaron las petroleras gracias a que dos gigantes como Exxon y Chevron fueron capaces de aumentar sus beneficios en un entorno tan incierto para el oro negro como éste. Y en el otro, el malo, las caídas de los beneficios de BNP o Barclays ensuciaron la imagen de la banca europea.

Buen día.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones

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