Buenos días.
Ayer por fin se hizo oficial el acuerdo por el que Irán renuncia a las armas nucleares a cambio del levantamiento de sanciones. Esto, en términos de mercado, significa que nos podemos ir preparando para seguir nadando en un mar de petróleo durante los próximos meses, dado que este cambio favorecerá la introducción de una buena cantidad de barriles en el mercado, algo que, paradójicamente, afectará principalmente a las compañías norteamericanas. Lo que no termina de quedar claro es si los inversores no han hecho como siempre, es decir, si se han anticipado a la nueva condición del Estado persa respecto a la cotización del oro negro, algo que sólo las próximas sesiones nos dirán.
La pareja de baile del petróleo que ha sido China en este inicio de año sigue ahí aunque con menos presencia. La bolsa de Shanghái no ha vuelto a perder más valor hoy gracias principalmente a la nueva regulación bancaria restrictiva del PBoC, destinada a sostener el yuan.
Contadas una y mil batallas, no hay nada más cierto que si EEUU sufre, el resto lo tenemos complicado para salir indemnes. Esto no quiere decir que ese sea el escenario actual, pero los indicadores publicados el viernes dejaron algo de mal cuerpo, especialmente las ventas minoristas de diciembre, un mes tradicional de gasto en aquel país que no se ha reflejado en ese sentido esta vez. Curioso, por mostrar todo lo contrario, fue el registro de la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, por encima del anterior y del que se esperaba. Y en un punto intermedio se sitúan todas las referencias industriales de la sesión (producción industrial, precios de producción y regional manufacturero de Nueva York), porque aun siendo malos números, se encuadran dentro del mal estado del sector a nivel internacional.
Buen día
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones