Renovado optimismo en los mercados tras el fin de semana festivo por excelencia en Estados Unidos.
Las bolsas mostraban avances importantes, liderados, en gran parte, por sectores cíclicos, pudiendo ser explicados por los datos macroeconómicos que estamos conociendo. Por un lado, el ISM no manufacturero sorprendía al alza al alcanzar los 57 puntos. No obstante, debemos tener en cuenta que las encuestas realizadas para el cálculo de este indicador se hicieron antes de la marcha atrás en el proceso de desescalada de algunos Estados relevantes, por lo que es posible que en futuras lecturas se produzca un nuevo deterioro. En cualquier caso, si lo sumamos a los buenos datos de empleo entendemos que se conviertan en la excusa que los inversores necesitan para ver el vaso medio lleno.
En Europa la tónica era muy similar. En este caso era una medida del sentimiento la que rompía las expectativas: el IFO alemán mostraba el mayor optimismo en las compañías industriales desde la reunificación germana.
Como siempre, debemos hacer nuestro disclaimer particular, porque esto (de la COVID-19) no ha acabado. La gestión de los rebrotes no se antoja nada fácil y, de hecho, ya estamos viendo nuevos confinamientos locales en muchos países del mundo. En los mercados financieros, como ya hemos visto muchas veces, no hace falta ni media excusa para que los osos vuelvan a estar con nosotros.
Buen martes.