Buenos días.
Hoy la Reserva Federal sube tipos (casi) seguro. Está descontado al 100% el segundo endurecimiento de la política monetaria en cerca de diez años, aunque en materia de bancos centrales nunca está todo dicho hasta que efectivamente sucede… Además, nadie quiera imaginarse qué sucedería si no cumple con las previsiones. Sin embargo, lo importante no es lo que ya se da por prácticamente seguro, sino el camino que marque Janet Yellen a futuro, dirigido aún por el macro-dependent o asumiendo que la llegada de los Trumponomics (si es que se cumplen) ha cambiado las normas en plena partida.
Acostumbramos a oír que las subidas de los tipos de interés no son buenas para las bolsas, pero los máximos históricos que están venga a romper los principales índices estadounidenses demuestran que esto no se tiene por qué cumplir y que hay mucho más allá que una relación puramente lineal. Y es que el tirón de las últimas semanas no ha venido por todos los sectores que han hecho de soporte en los últimos años, sino que estos han cedido el testigo a los potenciales beneficiarios de las promesas fiscales y regulatorias de Donald Trump.
Al igual que los bancos, las petroleras de EEUU son de las principales agraciadas de lo prometido por el futuro presidente. Ello ayuda a entender el empuje de estas compañías, aunque no sólo, pues también la recuperación del petróleo está siendo vital. El problema puede aparecer de llegar a cumplirse las amenazas de más producción con mayores inventarios, extremo que ya algunos empiezan a deslizar como más que posible.
Precisamente ayer el coste de la energía era noticia en Europa por la falta de empuje que está teniendo sobre algunos IPC recientes. Ni en el español ni en el alemán, que cumplían los dos con lo previsto, ha sido ésta la subpartida más importante. Una historia muy diferente es la de la inflación más alta en más de dos años en el Reino Unido, explicada por el efecto matemático del desplome de la libra tras el brexit.
Por otro lado, en dos puntos tan distantes como son Alemania y Japón se han publicado indicadores de confianza que demuestran que la estabilización global es lenta pero constante. El ZEW (cofianza de los inversores) no ha presentado cambios pero sigue por encima de los diez puntos, mientras que en el país del sol naciente el Tankan (confianza empresarial) es una de las pocas noticias positivas.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones