Por fin ha concluido el peor primer semestre de la renta variable americana, con la excepción de la Gran Depresión. Algo mejor se han comportado los mercados asiáticos y algunos europeos como el Ibex. El sentimiento de los inversores ha empeorado como consecuencia de las acciones agresivas de los diferentes bancos centrales para abordar la inflación, que irónicamente está en gran medida fuera de su control, ya que está impulsada por el aumento de los precios de los alimentos y la energía, la rotura de las cadenas de suministro por la COVID y la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aunque el fuerte impulso monetario y fiscal de los últimos años también ha ayudado a avivar el fuego. Por su parte, en los mercados de renta fija hemos vivido un incremento considerable de los rendimientos y consiguiente caída en precio de los bonos con el cambio de actuación por parte de los organismos monetarios. Tanto el diez años americano como el alemán cuentan con una rentabilidad un 1,5% superior a la del principio de año, mientras que los bonos corporativos han vivido un aumento de los diferenciales significativo.
Por su parte, el dólar se vio respaldado por la subida de los rendimientos del Tesoro de EE. UU. y ha cerrado el semestre cerca del 1,05 contra el euro. Por su parte, el franco suizo ha pasado a cotizar a niveles de paridad frente a la divisa comunitaria, mientras el yen continuó su devaluación. Por otro lado, el Brent sube un 47,7% en el año hasta los 114 dólares, a cierta distancia de los 127,98 que llegó a tocar en el primer momento de la invasión y el oro cotiza en niveles cercanos a los del inicio de año.
Las valoraciones de algunos activos reflejan prácticamente una recesión. Es cierto que los bancos centrales mantienen el tono duro sobre la necesidad de reaccionar a la inflación mayor de lo esperado, pero a día de hoy su actuación solo acaba de empezar y el crecimiento sigue dando señales de fortaleza.
Los hogares han absorbido la contracción sin precedentes del poder adquisitivo por la creciente inflación al reducir rápidamente su tasa de ahorro. Al mismo tiempo, las empresas han disfrutado de márgenes máximos e inventarios sólidos, lo que ha impulsado el gasto de inversión y la contratación. El próximo viernes 8 de julio conoceremos el dato de las nóminas y las ganancias por hora de Estados Unidos, que serán clave para determinar si la inflación impulsada por los salarios se mantiene. Hasta ahora, estos impulsos positivos de la demanda han sostenido el crecimiento del PIB mundial a un ritmo elevado con la excepción de China. Si bien es cierto, que el gigante asiático podría vivir un fuerte impulso durante la segunda parte del año.
Por ahora, hoy conoceremos el dato ISM manufacturero de Estados Unidos y los PMI europeos del mes de junio. Además, conoceremos los datos de inflación de varias economías europeas, así como la del conjunto de la eurozona. Todos son datos que nos pueden servir de guía para descifrar la situación económica actual.
Buen fin de semana.