Buenos días.
Es muy normal que surjan las dudas sobre por qué la Reserva Federal decidió no subir los tipos de interés la semana pasada después de haber escuchado ayer a su presidenta, Janet Yellen. Pues hubo argumentos para dejar ahora la política monetaria donde ya estaba, solo que ayer dijo que de seguir igual, es decir, con un crecimiento relativamente frágil, en diciembre habrá movimiento seguro. Y por si no hay suficiente con el juego de las contradicciones constantes de la Fed, otros tres miembros volvieron a hacer manifiestas las dos visiones contrapuestas sobre la necesidad o no de elevar los tipos en otros 25 puntos básicos.
Si hay dudas sobre todo lo que rodea a la economía y los mercados financieros, qué decir del petróleo, ya que el acuerdo alcanzado por la OPEP-Rusia para congelar la producción ha sido una auténtica sorpresa, lógicamente recogida con optimismo. Sin embargo, el historial de los países productores invita a la prudencia. Y esto se debe a que las cuotas de extracción han sido consistentemente violadas, y nada hace pensar que esta vez pueda ser diferente. Además, en la medida en que el precio del barril suba, si es que de verdad la oferta se contiene estática de estos países, provocará la vuelta en tromba de los outsiders del fracking estadounidense.
No termina aún el comentario de las dudas, ya que ahora la viabilidad de Deutsche Bank parece asegurada. Cosas del mercado, que tan pronto te eleva a los cielos, como te condena a los infiernos sin saber muy bien por qué. A pesar de esto, los consumidores alemanes parecen poco preocupados por el devenir de su economía, como muestra el Gfk, que cede ligeramente pero se mantiene en niveles máximos de diez años.
Difícil terminar hoy sin al menos hacer mención al verdadero orgullo y emblema nacional, el cainismo que, cosas de la vida, pudiera facilitar la formación de Gobierno después de casi un año.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones