Hemos entrado en una nueva fase de esta pandemia, donde cada vez más ensayos clínicos van pudiendo reportar sus resultados, de forma que a cada noticia se responde con un nuevo empujón de optimismo reflejado en la cotización de los valores cíclicos.
Es, sin embargo, un optimismo tenso o escéptico, pues después de esa primera alegría que nos da el volver a imaginarnos dándonos abrazos con familia y amigos, pudiendo salir a cenar sin hora límite de vuelta a casa (un recuerdo a los 15 años cuando decíamos aquello de “salgo con hora”) o, qué demonios, en una discoteca bailando, pasamos a pensar en los desafíos que implica vacunar a miles de millones de personas en términos de producción, conservación y distribución de la solución.
Después de que Pfizer anunciara una eficacia del 90% en su vacuna de la COVID-19, y de que Rusia asegurase que la Sputnik V lo era en un 92%, ayer fue el turno de Moderna, alcanzando niveles del 95%. Para poner todo esto en contexto, el tradicional remedio contra la gripe que se aplica en las campañas anuales alcanza un 60-70%. Así, la compañía americana también espera solicitar la autorización a la FDA americana (Federal Drug Administration) por vía de urgencia, pudiendo estar produciendo la vacuna ya en los últimos compases de diciembre. No debemos olvidar que la elegida por Moderna para manufacturar dicho compuesto en Europa fue la española Rovi, que ya ha anunciado estar en disposición de iniciar este proceso a primeros de 2021. Parece, pues, que estamos en el principio del fin.
Pese a que cualquier novedad relacionada con la pandemia sanitaria copa todos los titulares, también debemos destacar la noticia que saltaba ayer de que BBVA vendía su negocio norteamericano tras 13 años en el país por unos 9.700 millones de euros a PNC Financial Services Group. Si bien en un primer momento todos nos dedicábamos a divagar sobre qué haría el banco español con ese dinero: que si recomprar acciones, que si un dividendo extraordinario, que si invertirlo en sus otros negocios internacionales (México o Turquía, principalmente), que si salir de compras por España o Europa… Pronto se decidieron a sacarnos de dudas, pues una vez cerrado el mercado se anunciaba que habían llegado a un acuerdo con Banco Sabadell para su fusión, creando así el segundo grupo bancario del país.
En estos días en los que tenemos tanto vaivén de sorpresas solemos olvidar que queda algo menos de mes y medio para que el Reino Unido y la Unión Europea rompan los puentes que mantenían hasta ahora y que todavía no se ha llegado a ningún acuerdo. De tener que regirse a partir del 1 de enero el comercio entre ambas regiones por las reglas de la Organización Mundial de Comercio, veremos si los británicos no dejan de pelearse por el papel higiénico para hacerlo por el jamón ibérico y el vino francés…
No podemos despedirnos sin llamar la atención sobre la inclusión de Tesla en el S&P 500, índice que aglutina a las 500 mayores empresas estadounidenses, el próximo 21 de diciembre. Esto solo lo digo como regalo de despedida a los escépticos con la movilidad eléctrica y con el imparable avance del green deal en todo el mundo.
Buen martes.