El mercado está demostrando que un bombardeo sobre Siria no cotiza de la misma manera que lo hacen los atisbos de guerra comercial. En realidad, quizás se salva únicamente el barril de petróleo con una subida que ni siquiera registran los activos por todos considerados refugio.
Aunque pueda ser una quimera, los inversores deberían tener ganas de poder diseccionar las valoraciones a partir de los resultados empresariales del trimestre pasado, si bien de momento lo poco que ha habido no ha servido de gran ayuda. Tres de lo grandes bancos, JP Morgan, Citi y Wells Fargo, batieron sin problemas las estimaciones de los analistas en términos de beneficios, solo que el mercado ha preferido castigar el empeoramiento de los ingresos, pues de bajadas de impuestos y subidas de tipos no se puede vivir eternamente.
Y si no son beneficios y pérdidas, al menos queda por estudiar la evolución de la economía global, que casi casi, ha entrado oficialmente en periodo de duda o desaceleración. La confianza de la Universidad de Michigan, con descensos intermitentes, es un buen ejemplo del momento actual de transición o dudas. Más estable es la ausencia de presiones inflacionistas, dado que pensar que el IPC alemán se recupera es hacerse trampas al solitario, pues son la energía y alimentos los que lo impulsan, no las partidas de demanda.
Buen día.