El presunto ataque por parte de Irán a dos barcos petroleros con bandera japonesa en el estrecho de Ormuz fue, probablemente, el prólogo de un libro del que nos quedan muchos capítulos por leer.
A la tensión existente en Oriente Medio desde hace meses focalizada entre Arabia Saudí e Irán, se le suma ahora (como no) Estados Unidos. Pero no es el petróleo el que preocupa a los americanos, si no el programa nuclear del régimen persa. La noticia que saltaba ayer acerca de que el país árabe reducirá sus compromisos con el pacto nuclear internacional y que comenzará a enriquecer uranio a un nivel más alto molestaba en Washington. No obstante, la propia Administración Trump se retiró de ese pacto en el año 2018 con lo que no parece muy legítimo su enfado.
En la otra punta del mundo, Argentina se quedaba sin luz. Un país entero con la red eléctrica caída al parecer por un problema puntual del servicio. Pero tal y como están las cosas últimamente puede que esa versión oficial esconda algo. O que haya sido un presagio. O puede que toda la electricidad del país albiceleste se la hayan llevado Sergio Ramos y Pilar Rubio a su boda. Para hacer girar una noria mientras Europa toca It’s the final countdown habrán tenido que cambiar la potencia contratada en una finca donde normalmente solo viven unos cuantos caballos.
En cualquier caso, y aunque sentimos aburrirles siempre con el mismo tema, el conflicto comercial también tenía su titular. Wilbur Ross, secretario de comercio estadounidense, daba un baño de realidad a los mercados asegurando que la reunión en el marco del G20 entre Trump y Xi Jinping serviría, como mucho, para volver a abrir las negociaciones, no para alcanzar acuerdos.
Además, el viernes conoceremos las impresiones de la Reserva Federal americana del estado de su economía. Que la guerra comercial está teniendo impacto en la misma es algo que ya han constatado, pero la atención se centrará en si se menciona algo acerca de una posible bajada en los tipos de interés. El mercado ya descuenta dos a lo largo de lo que nos queda de 2019. Una de ellas tan pronto como en julio.
Finalmente, hoy comienza el Salón Aeronáutico de París. Poco tiene el sector que celebrar cuando Boeing lleva meses con uno de sus modelos más vendido sin permiso para volar. Ayer, de hecho, su presidente ejecutivo entonaba el mea culpa admitiendo errores en el 737MAX, lo que cambia radicalmente el tono utilizado tras el primero de los accidentes, cuando cuestionó las capacidades de los pilotos de Lion Air. Y para inaugurar el evento hoy Lufthansa presenta un profit warning.
Lo dicho, poco que celebrar salvo en la casa Ramos Rubio.