Ayer conocíamos que, según IHS Markit, el sector manufacturero de la zona euro experimentó un deterioro importante de las condiciones operativas en abril, ya que las restricciones gubernamentales impuestas para limitar la propagación de la pandemia afectaron al sector.
La producción, los nuevos pedidos, las exportaciones y la actividad de compras cayeron a ritmos récord, mientras que los problemas de la oferta se intensificaron a un ritmo sin precedentes. La confianza en el futuro se desplomó hasta alcanzar una nueva mínima de la serie. Grecia y España registraron los índices PMI más bajos, seguidas de Italia y Francia.
De esta crisis no parece que vayamos a salir tan rápido como algún político nos vendía. De hecho, los datos de paro conocidos hoy en España no son especialmente alentadores. La salida del túnel en que nos ha sumido la actual pandemia debe servir para reactivar la economía con un enfoque que afronte a la vez la crisis climática. Al menos, así lo cree casi la mitad de países europeos. Pero la pregunta que surge es: ¿de dónde va a salir el dinero para financiar la reconstrucción de la economía? Algunos dirán que de los bancos centrales. Yo creo que será de donde siempre. Yo ya he avisado a mi cartera.
Además, el día de hoy nos puede deparar una gran sorpresa. El Tribunal Constitucional de Alemania debe decidir sobre si el Bundesbank puede comprar deuda dentro del programa de compra de deuda del BCE. ¿Se imaginan que el BCE comprara deuda de todos los países menos de Alemania? Yo no, seguro que acabaría comprando la parte alemana el resto de socios monetarios. Sin embargo, la presión sobre el BCE volvería a aumentar y los países cuya deuda está más cuestionada podrían sufrir un nuevo repunte de las rentabilidades exigidas. Por su parte, el banco central australiano mantiene el tipo de interés sin cambios, pero ha reducido el volumen de compras.
En cuanto a los mercados, la jornada de ayer no fue especialmente positiva en Europa, pero hay que recordar que el pasado viernes nuestros mercados estaban cerrados. Estados Unidos, en cambio, terminaba la jornada en números verdes. El Nasdaq sigue a lo suyo, mientras las empresas energéticas continúan recuperando terreno tras varios meses nefastos. Nuestra apuesta por tres grandes tendencias de inversión parece más que acertada: la revolución tecnológica, la sostenibilidad y el impacto en el consumo de una nueva demografía a nivel global.
Por último, y en lo que hace referencia a la agenda macro del día, la cita más relevante será la publicación en EE.UU. de los índices adelantados de actividad del sector servicios. Pero los inversores seguirán atentos a las publicaciones trimestrales y la reactivación de las tensiones entre China y Estados Unidos.
Buen día.