Buenos días.
Dale al mercado un motivo en agosto para caer… Pues estamos de vuelta y a vueltas con los bancos europeos, que como muy bien presenta Link Securities, no sufren un problema de solvencia (ahí están los test de estrés), sino uno de rentabilidad, pues es difícil generar negocio en un entorno de escaso crecimiento y con tipos de interés negativos.
Los más castigados son los de aquellos países que no han terminado de limpiar el sector, como por ejemplo los alemanes o los italianos, aunque esto no quiere decir que la periferia esté libre de pecado. Para colmo, Deutsche Bank y Crédit Suisse dejarán de formar parte del Eurostoxx a partir de la semana que viene, quizás una buena noticia con la que dotar de mayor estabilidad a los índices europeos más bancarizados.
Claro que no todo son los bancos, pues el descenso del precio del petróleo también hizo su aportación a la baja, con el exceso de oferta o la debilidad de la demanda como más y mejores excusas para entender este comportamiento.
El brexit será para muchos bancos europeos otro frente inesperadamente abierto, más aún si el Banco de Inglaterra decide, como es probable, reducir tipos y ampliar estímulos para hacerle frente a lo que se puede llamar desplome de todos los indicadores adelantados, sean de la naturaleza que sean. El último en pasar a engrosar esta larga lista es el PMI de construcción, que sigue sumando hacia la depresión con niveles de 2009.
EEUU sigue con los dos ojos puestos en la evolución de su propia economía, con más o menos independencia del resto del globo, según como se presente el panorama. Tiene que haber mejora cuando otro miembro de la Reserva Federal dice, al día siguiente a que lo hiciera el primero, no descartar la reunión de septiembre como la que verá otro incremento del precio del dinero. De entre los datos publicados ayer se extrae que, al igual que al desgranar el PIB, el consumo es el músculo de la primera potencia, pues el gasto personal salió bien y batiendo las expectativas. El pero relativo viene, como también anuncia la evolución de los salarios, algo más flojo, pues a pesar de crecer dos décimas, se queda por debajo de lo esperado.
Dos de política para terminar el día. En España ya ninguno sabemos si nuestra brillante clase política prefiere llegar a algún acuerdo o hacernos creer que, con unas terceras elecciones, somos nosotros los que no sabemos votar. Ver para no creer. Por el contrario, en Japón el problema es muy diferente. Existe cierta adhesión popular al primer ministro Shinzo Abe y sus políticas de quemar las naves, solo que la desesperación por generar crecimiento e inflación es más patente cada día que se presenta un nuevo paquete de estímulos.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones