Esta semana que empieza debería propiciar un cambio de prioridades entre los inversores, no por nada sino porque comienza la temporada de publicación de resultados empresariales del segundo trimestre.
Además de por la necesidad de intentar obviar un poco toda la temática «bancos centrales», también porque las bolsas necesitan seguir agarrándose a los beneficios que expliquen múltiplos elevados.
Pero de vuelta a la realidad, se nota la dificultad de intentar ignorar el día a día de la Fed o del BCE, dado que todo, absolutamente todo, acaba viéndose reflejado en sus políticas. Por ejemplo, el informe mensual de empleo de EEUU para junio. Se confirma, más o menos, que la actividad norteamericana está mejorando con la creación de 222.000 nuevos, bastantes más de los previstos, y encima con un incremento de la fuerza laboral que muestra no solo que el paro lógicamente tiene que subir, sino que hay más confianza para obtener un trabajo. Pero no todo son rosas, puesto que el crecimiento de los salarios sigue siendo relativamente limitado, lo que los inversores interpretan como escasas posibilidades de que la Reserva Federal se vuelva loca.
Las noticias relativas a precios son importantes a nivel global precisamente por la dificultad de que algún país se salga del patrón a la baja, caso aparte del Reino Unido. Pero China, tan diferente como es en algunas cosas, no lo iba a ser en términos de inflación. Aunque los precios de producción han sido capaces de mantener el tipo, el IPC sí ha perdido una décima, considerado poco para un mercado que prefiere ver más bondades que defectos.
Buen día.
Amílcar Barrios
Dirección de Inversiones