La inflación por aquí, la inflación por allá, llevamos unos días en lo que es del único indicador del que se habla. Ya nos hemos olvidado del ritmo de vacunación, de la recuperación económica o de los datos de empleo. Ya veremos si el tan temido aumento de los precios se asienta entre nosotros, pero lo que es seguro es que por ahora ha generado un pánico no visto desde hace tiempo. El runrún corre entre los inversores.
¿Y por qué empiezo así? Porque los chinos están exportando inflación. Además, en unos niveles no vistos en la ultima década. Los precios de fábrica en China subieron en mayo a su ritmo anual más rápido en más de 12 años, impulsados por el aumento de los precios de las materias primas. El dato se sitúa en el 9%, por encima de lo esperado y del 6,8% visto el mes pasado. Las cifras son importantes, pero ¿hasta qué punto como para que cunda el terror? Yo creo que hay que tener mucha cautela con las lecturas. De hecho, el propio IPC del gigante asiático nos dio una muestra de que el aumento de los costes de producción, los problemas de los cuellos de botella y los desabastecimientos no tienen por qué trasladarse al cliente final y se situaba en el 1,3% interanual en mayo. Además, ciertas materias primas como el mineral de hierro llevan varios días de bajadas de precio, lo que podría servir de indicador adelantado.
Por su parte, los bancos centrales siguen inyectando liquidez al sistema, apoyando a los índices de renta variable y a los de deuda. Ayer los mercados aprovecharon las subidas de Amazon y Apple para acercarse a máximos históricos en muchas de las referencias. Tras varias jornadas en las que había que hablar de si lo había hecho mejor el value o el growth, ayer el sector de consumo discrecional y el energético tiraron juntos de los índices americanos. Mientras, en Europa, el ocio y el inmobiliario eran los más beneficiados. Por su parte, en los mercados de deuda, el treasury recuperaba algo del precio perdido en los últimos meses y su rentabilidad se acercaba de nuevo al 1,5%, niveles no vistos desde abril. Además, el bono sindicado de Italia recibía una demanda de 65.000 millones, cuando solo se ofrecían 10.000 millones. En cuanto a la deuda corporativa, según Credit Suisse, los bonos de grado de inversión se negocian al menor margen frente a los bonos del Tesoro después de ajustar la duración y las calificaciones crediticias de su historia.
Poco se notaba la ruptura de las negociaciones entre republicanos y demócratas sobre el plan de infraestructuras. Si yo, que soy joven, ya he perdido la cuenta de cuántos programas de infraestructuras han acabado en papel mojado a ambos lados del Atlántico, no me quiero imaginar los inversores más longevos. Pero bueno, los europeos tampoco estamos mucho mejor. Volvemos a tener problemas con Irlanda del Norte.
Buen día.