Buenos días.
Ya estamos de vuelta para comentar día a día lo que acontece en los mercados, que como es costumbre, la han «tomado» con algo en concreto: China ha sido el trending topic financiero del verano. Y como aún seguimos en dicha estación, para qué alterar algo cuando funciona. Que los dos PMI manufactureros chinos, oficial y Caixin, salen mal y en mínimos de tres años, pues de vuelta al pánico vendedor y así seguiremos por mucho que las autoridades del gigante se esfuercen con tímidos estímulos.
El miedo a la desaceleración de la segunda potencia ha relegado a la Fed a un no tan discreto segundo plano, cuando lo cierto es que su importancia es mayor, y por mucho además. ¿EEUU debiera subir tipos? He aquí la pregunta de las últimas semanas, cuya respuesta varía en fieles y detractores según la hora y el día en que se formule, pero las dudas son enormes hoy por hoy entre los inversores, que no saben si quedarse con la necesidad de empezar la normalización de los tipos de interés, o atados a la drogodependencia monetaria después de tanto tiempo.
El petróleo no ha sido tampoco un convidado de piedra, pues más que causa, la deriva a la que está sometido el precio es efecto de las sensaciones de mercado. O lo que es lo mismo, el barril vale más cuando China no preocupa, cuando impera la idea de que las subidas de tipos se posponen, cuando … No es de extrañar entonces que la OPEP esté vigilante al quite en un mundo inundado de oro negro en una carrera por ganar cuota de venta.
Mal que pese a todos los que seguimos y creemos que la macroeconomía debe ser una guía de los mercados, agosto ha vuelto a demostrar que su influencia, más que limitada, incluso alcanza el punto de nula. Algunos de los principales datos publicados ayer así lo demuestran: en Europa suben el IPC de la zona euro y las ventas minoristas alemanas, y en EEUU el PMI Chicago, pero la reacción a tan buenas noticias fue la que ha venido siendo todo el mes anterior, obviarlas.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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