Buenos días.
Catorce meses han tenido que pasar para que el diferencial de la deuda española haya vuelto a situarse por debajo del 3% respecto al Bund alemán, no sin haber pasado por alarmas de rescate, cambio de Gobierno o dolorosas y contestadas reformas. Pero ya está ahí el bono a diez años y lo que toca preguntarse ahora es cuánto tiempo aguantará antes, Dios no lo quiera, de que algún factor desestabilizador nos devuelva a los leones.
La euforia colectiva experimentada en el día de ayer tuvo su origen en ciertas novedades aún no confirmadas que van desde una bajada de tipos o alguna otra medida por parte del BCE, al posible nombramiento de un presidente de Gobierno en Italia, pasando por la flexibilización del cumplimiento del déficit en la ZE. Todo esto motivó que el Tesoro español colocara Letras a seis meses al 0,12%, el precio más bajo en la serie histórica que comienza en 1991 y que demuestra qué es lo que de verdad importa a los mercados para un país con un déficit del 7% y una tasa de paro del 26%.
Pasamos a comentar brevemente dichos factores. En primer lugar Italia, que después de más de mes y medio de haberse celebrado las elecciones generales podría conocer por fin quién encabezará un Gobierno que se presume de concentración, con una terna de candidatos que sean capaces de aunar el consenso de los partidos tradicionales (porque Beppe Grillo ni está ni se le espera) para avanzar en las reformas que tanto necesita el país. Siguiendo ahora con Alemania, el PMI de servicios teutón conocido ayer, vuelve a confirmar una vez más que la locomotora europea sufre en sus propias carnes esa crisis europea para la que se creían protegidos y da un poco más de fuelle a la esperanza de que Frau Merkel dé su brazo a torcer en las exigencias a los países en problemas. El último de los factores europeos afecta al BCE, del que se especula con un movimiento en su reunión mensual de mañana para tratar de dar un balón de oxígeno a la maltrecha economía del euro. Además de esto siempre podemos pensar en la ayuda del nuevo mejor amigo de la ZE, el señor gobernador del Banco de Japón, cuya inundación de yenes en el sistema está contribuyendo a la bajada de las rentabilidades de los Estados europeos.
Los mercados de EE.UU. no se quisieron perder la fiesta y aunque en menor medida, se apuntaron al carro de las subidas a pesar de que Apple registrara una caída de su beneficio por vez primera en una década (pero superando previsiones). Los índices norteamericanos tuvieron también el soporte de los buenos datos de venta de nueva vivienda del mes de marzo a pesar de que también en aquella orilla del Atlántico el PMI manufacturero registró una caída hasta los 52 puntos, lo que significa que aun habiendo caído, se mantiene en zona de expansión.
Buen día
Amílcar Barrios Vilallonga
Gestión de Carteras