El miedo a la volatilidad veraniega y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han llevado a muchos inversores a recalibrar sus estrategias de cara a los próximos meses. Lo cual está beneficiando los típicos activos refugio: los bonos de los principales gobiernos desarrollados y las acciones defensivas. Mientras, los valores industriales son los grandes perjudicados.
Por su parte, ayer asistimos a una pequeña recuperación del sector bancario europeo tras varios días de caídas continuadas. Y eso a pesar de que Draghi volvía a repetir que los tipos de interés van a quedarse bajos durante mucho tiempo, para desesperación de los prestamistas. El presidente del BCE alega que un mayor proteccionismo global, la subida de los precios del crudo y la posibilidad de una persistente mayor volatilidad en los mercados financieros son motivos más que suficientes para no aumentar el precio del dinero.
Por otro lado, otra jornada más, veíamos cómo una institución revisaba a la baja las expectativas de crecimiento de alguna economía europea. Ayer le tocó el turno a Alemania, donde Ifo ha reducido su previsión desde el 2,6% previsto en marzo hasta el 1,8%.
Al otro lado del Atlántico, los datos del sector inmobiliario estadounidenses conocidos en las últimas horas resultaban mixtos. Así, mientras los permisos de construcción se desplomaban sorprendentemente (-4,6% vs. -1,0%e y -0,9% anterior revisado), el dato de viviendas nuevas batía al alza sus expectativas (+5,0% vs. +1,9%e y -3,1% anterior revisado desde -3,7%).
Por último, el petróleo ha retrocedido en los días previos a la reunión de la OPEP, con un dólar al alza y las expectativas de que Arabia y Rusia aumenten el próximo viernes gradualmente la producción para compensar las caídas en Venezuela y posibles reducciones en Irán (no deseadas), que se enfrenta a sanciones estadounidenses relacionadas con su actividad nuclear.
Buen día.