La semana pasada se saldaba con avances generalizados, destacando de nuevo el comportamiento del Nasdaq, sobre todo en comparación con los índices europeos.
Y eso a pesar de que sectores cíclicos y con mucho peso en los mercados a este lado del Atlántico, como el de automoción, tuvieron un buen inicio de mes. El activo que se mantiene imparable es el oro, que se asienta por encima de los 2.000 dólares la onza, a pesar de que el viernes tuvo un mal día.
Y es que el viernes fue un día de “cambio de ciclo”. Los datos de empleo norteamericanos fueron muy buenos. La tasa de desempleo se situó a cierre de julio cerca del 10% tras la creación de 1,8 millones de puestos de trabajo. Todavía queda mucho camino para alcanzar las cifras de febrero (10,5 millones de personas aún no han vuelto a trabajar) y el ritmo de recuperación se va ralentizando poco a poco según se van dando a conocer rebrotes del virus, pero los inversores optaron por las celebraciones, ya que todos los datos macro conocidos en los últimos días apuntan a una fuerte recuperación de la economía durante el trimestre que ayude a compensar la caída del 9,5% del trimestre pasado. Además, los desempleados de ese país pueden contar por ahora con la ayuda de su presidente, que viendo que el acuerdo del congreso se podía retrasar, decidió aprobar un nuevo paquete de ayudas.
Donde menos movimiento vivimos durante la ultima jornada de la semana pasada fue en el mercado de renta fija. Se nota que muchos inversores están de vacaciones. Los volúmenes han caído de manera drástica tras unos meses de mucha actividad, sobre todo en el mercado primario. Con todo, los bonos de gobiernos como el español y el americano se encuentran cerca de mínimos históricos, mientras otros como el alemán o el francés mantienen rentabilidades negativas a casi cualquier tramo.
Buen día.