En los últimos días estamos asistiendo a una rotación sectorial que en alguna ocasión roza el absurdo y que no se fundamenta en el cambio de ninguna de las tendencias de fondo.
Ayer, nuevamente, era una buena jornada para las empresas energéticas, industriales y de salud, y en la que los bancos se beneficiaban del repunte de las rentabilidades exigidas a los bonos soberanos. Por su parte, las compañías norteamericanas siguen aprovechando la actual coyuntura para emitir nueva deuda a tipos muy bajos.
Desde China llegaban buenas noticias o al menos buenas intenciones. El primer ministro chino, Li Keqiang, se reunía con una delegación estadounidense, de visita en China para un diálogo con empresarios chinos, e intercambió puntos de vista con ellos sobre las relaciones comerciales bilaterales. Dicha reunión servía de preparación para las de octubre. Asimismo, las autoridades del gigante asiático siguen liberando capital para que los bancos agilicen la concesión de créditos, y de paso, revitalicen el crecimiento económico, a la vez que continúan dando pasos para liberalizar los flujos internacionales de capitales.
Por su parte, Alemania volvía a abrir la puerta a una inyección de «muchos miles de millones de euros» en la economía, y ha anunciado que se están preparado para aprobar un paquete de estímulo en caso de que la economía germana entre en recesión.
En España, el día de ayer estuvo marco por la declaración del Abogado General del TJUE de que el IRPH no es un índice transparente por el mero hecho de ser oficial y, por tanto, los jueces pueden estudiar si es abusivo o no. Es decir, la banca aún puede mantener la esperanza y la justicia europea se ve abocada a una avalancha de demandas contra el sector. Por su parte, Inditex presentaba unos resultados en línea con las expectativas, que mantienen la recuperación del crecimiento de las ventas, así como un menor impacto negativo por tipos de cambio y márgenes sostenidos
Hoy, día previo a la reunión del BCE, no se esperan grandes noticias.
Buen día.