Si el resto no se sale del guion, yo tampoco. Si la Fed cumple con los pronósticos, no voy a ser yo, BCE, el que dinamite los mercados por puro placer. No solo no lo voy a hacer, sino que voy a seguir defendiendo a ultranza tanto la utilidad como la vigencia del QE por y para todo el tiempo que haga falta. Incluso sabiendo el tamaño de las ampollas de Berlín por este motivo. Y para rematarlo, voy a apuntarme a la moda de revisar al alza las previsiones de crecimiento para que la zona euro siga liderando el crecimiento. Pero además me voy a pegar el gusto de modificar, también hacia arriba, las expectativas de inflación. Y con esto un breve resumen de lo que fue la reunión del BCE ayer jueves.
Junto con el gran evento de la sesión, ayer también se publicaron los PMI compuestos y sectoriales del bloque comunitario, de los que se extrae un refrendo a eso de que Europa lidera el resurgir global de la actividad. Aunque rascando un poco, lo más notorio sea el hecho de que hay más de un país, y también más de un sector, cómodamente instalados por encima de los 60 puntos. Casi nada.
El BCE y los PMI fueron los protagonistas del día con el permiso de la tan manida reforma fiscal de EEUU. Cuando parecía que podía aproximarse la presentación definitiva de un texto consensuadamente republicano para hoy, dos de ellos mismos han puesto una serie de condiciones que explican por que muchas veces existe tanto hartazgo hacia la clase política. Así que si no esta tarde, quizás este fin de semana pueda haber proyecto, pero lo que queda claro es la plena voluntad de la Casa Blanca por hacerlo ya.
También el Banco de Inglaterra se ha abonado sin condiciones a la tendencia de no dar sorpresas. En materia de tipos y estímulos se queda todo tal como está, además de que los miembros votaron unánimente en esa dirección, pues consideran que aún es demasiado pronto para valorar la reciente subida. Encima se le añade la incertidumbre de un brexit con, quien sabe si próximamente, la cabeza de Theresa May en la sala de trofeos.
Por último, además de que la confianza empresarial japonesa está en máximos de once años, conviene recordar la alerta lanzada por la AIE a inversores, productores y consumidores de petróleo, que no es otra que la vuelta de los frackers al mercado aprovechando la actual coyuntura de precios «elevados». Nada nuevo, dirán muchos.
Buen fin de semana.