El día transcurría tranquilo, atenazado por el miedo a que el sentimiento no mejore. Hasta la aparición de Jerome Powell, que en su papel de presidente de la Reserva Federal, espoleó a los mercados con unas declaraciones que quizás indican que el ciclo de subidas de tipos en EE.UU. está próximo a su final, o al menos la velocidad a la que se ha venido endureciendo una política monetaria antes extrema.
Al puntualizar que los tipos actuales están cerca de su neutralidad, vino a decir algo así como que no se espera ni que la actividad económica siga empujando con demasiada fuerza (que no significa poca) ni que la inflación tenga el impulso que cabría esperar. Entonces ahora la reacción, al menos la teórica, debería ir como sigue: con menos crecimiento y menos presión por las vías de los precios se producen menores expectativas de subidas de tipos, que no solo no «impiden» un dinamismo mayor de la economía, sino que pueden quitarle presión al dólar, que repercute en una mejora de los activos emergentes o las materias primas, que en última (y primera) instancia beneficia a los mercados desarrollados. Luego, que la cadena no se rompa ya es otra historia…
Pues ahora que parece que la Fed o Italia tienen más probabilidades de dejar de ser amenazas graves para la estabilidad financiera global, ¿qué más queda? Pues no es poco hacer mención a las tensiones comerciales o el brexit. En el caso de las primeras, todo queda a expensas de la reunión de este fin de semana entre Trump y Xi en la cumbre del G20, mientras que por el segundo, lo último ha sido la enésima advertencia del Banco de Inglaterra sobre este proceso, el cual, en caso de terminar sin acuerdo, sería simplemente nefasto para la economía británica.
Ahora, como nadie habla de la crisis diplomática entre Rusia y Ucrania, pasamos a comentar muy brevemente los indicadores macroeconómicos publicados ayer. La lectura del PIB de EE.UU. correspondiente al tercer trimestre se mantiene estable en el 3,5%; destaca una ligera reducción a la baja del consumo —las cifras del Black Friday muestran justo lo contrario—, como también lo hace al alza la inversión empresarial. Dato este que contrasta con el retroceso de la venta de vivienda nueva, que puede romper los atisbos de recuperación del sector inmobiliario norteamericano.
Buen día.