Ayer la macro no importaba

Buenos días.

Era necesaria una jornada de descanso después del maratón de noticias recibidas el martes. Ayer la macro no importaba como sí lo hizo 24 horas antes. Los bancos centrales, o para ser más exactos, la Reserva Federal, tenía mucho que decir. Pero sobre todo, para los más escépticos, el petróleo demostró que su influencia determinante sobre el comportamiento de las bolsas no se ha movido.

Que Rusia sea otro de los países que ve probable el acuerdo en Doha suma en precio, pero fueron los inventarios de crudo en EEUU a la baja los que de verdad posibilitaron un mercado al alza.

En cuanto a la referencia del día, la publicación de las actas de la última reunión de la Fed, los planteamientos opuestos entre las palomas y los halcones vuelven a quedar claros, con un ligera inclinación hacia los primeros en número. Los partidarios de no subir ya los tipos se defienden con la idea de no dar la impresión de que llegan tarde, mientras que los ortodoxos apuestan por no cortar el ritmo por temor a tener que correr detrás de la necesidad de haber actuado a tiempo.

Y lo último. Hace dos días los pedidos de fábrica alemanes encendieron las alarmas sobre la coyuntura económica que atraviesa Europa. Sólo un día más tarde, la producción industrial de aquel mismo país es obviada. Ha dado igual que el dato fuera mejor que lo esperado o que haya registrado contracción en febrero, porque lo importante es contemplar que cuando quiere, el mercado interpreta y cuando no quiere no lo hace.

​Buen día​.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones