La jornada de ayer se caracterizó por una elevada incertidumbre en los mercados globales, impulsada por el aumento de tensiones comerciales entre EE.UU. y China. El presidente Trump advirtió que, si China no retiraba en 24 horas sus aranceles del 34%, se aplicaría un arancel adicional del 50% sobre sus productos, intensificando así la disputa. En paralelo, los ministros de Comercio de la eurozona se reunieron para coordinar una respuesta conjunta a las medidas de Washington, mientras que China consideraba nuevos estímulos fiscales para mitigar el impacto económico.
Los mercados sufrieron caídas cercanas al 20% desde los máximos del S&P 500, y el VIX se elevó a 58,7, niveles no vistos desde marzo de 2020, lo que aumentó la volatilidad de la jornada. Asimismo, el NASDAQ experimentó una presión significativa, reflejando descensos en sus principales valores tecnológicos. No obstante, se destacó la importancia de mantener las inversiones para aprovechar posibles recuperaciones en sesiones clave, especialmente tras las caídas significativas registradas en Europa ante el temor a una recesión global.
El índice paneuropeo STOXX 600 cayó un 5,8% en las primeras horas de negociación, encaminándose hacia su mayor descenso diario desde la pandemia de COVID-19, para posteriormente cerrar en 474 puntos (-4,49 %). En Alemania, el DAX sufrió una caída del 4,26%, entrando en territorio bajista al retroceder más del 20% desde su máximo reciente. Por otro lado, el FTSE 100 del Reino Unido también se vio afectado, registrando una disminución del 4,38% y cerrando en 7.702,08 puntos. Sectores sensibles al comercio, como el bancario, manufacturero y farmacéutico, fueron los más afectados. Por ejemplo, AstraZeneca, una de las principales compañías farmacéuticas del Reino Unido, vio cómo sus acciones caían un 6,96% en una sesión de mercado ampliamente negativa.
La producción industrial en Alemania registró en febrero una caída del 1,3%, continuando una tendencia negativa observada en meses anteriores, mientras que las ventas minoristas en la zona euro subieron un 0,5%, confirmando un crecimiento moderado en el consumo. La cita más relevante será la publicación del IPC estadounidense de marzo el próximo jueves. Aunque se espera que la tasa interanual se relaje ligeramente, probablemente no lo suficiente como para que la Fed reanude su proceso de rebajas de tipos. Aunque la probabilidad de una bajada para la próxima reunión ha pasado del 40% al 60% respecto a la semana anterior.
La deuda pública continuó siendo el refugio preferido. Esto impulsó una leve caída en los rendimientos, mientras que los diferenciales en el segmento de bonos corporativos se ensancharon ligeramente, reflejando una creciente cautela entre los inversores. En general, la demanda por activos de alta calidad se mantuvo, evidenciando un apetito por la seguridad ante la incertidumbre global, a pesar de que algunos indicadores sugieren una posible normalización en los próximos días.
En este contexto, gestores e inversores han reducido rápidamente sus posiciones de riesgo, mientras economistas y analistas reajustan sus estimaciones de crecimiento y resultados empresariales en un escenario de visibilidad limitada. Esta semana se inicia en Wall Street la temporada de resultados del primer trimestre de 2025, en la que grandes bancos como JP Morgan, Morgan Stanley y Wells Fargo presentarán sus cifras. Se prevé que el beneficio neto del S&P 500 haya crecido un 7% interanual, significativamente por debajo del 11% inicialmente esperado. No obstante, lo crucial es observar las proyecciones futuras, ya que se anticipa una revisión generalizada a la baja de las expectativas empresariales, tendencia que los mercados ya están descontando.
Feliz martes.