Los mercados de acciones subieron ayer, sobre todo, gracias a las energéticas.
Estas se beneficiaban del repunte del precio del crudo ante los signos de que Arabia Saudí ha empezado a cumplir su promesa de recortar las exportaciones en diciembre.
Lograron sobreponerse a unos datos económicos que proporcionan más señales de la desaceleración de la economía mundial. China continúa dando muestras de su debilidad y sus vecinos no andan mejor. Buena muestra de ello es la caída de las exportaciones coreanas en términos interanuales. Tampoco los datos de la zona euro están sirviendo de salvavidas, ya que la lectura final del PMI manufacturero conocida ayer fue decepcionante.
No ayuda que el BCE tuviera que intervenir ayer en la Banca Carige de Italia, donde nombró tres comisarios extraordinarios que velarán por la entidad tras la dimisión de la mayoría de sus directivos al fracasar una ampliación de capital. Y por si fuera poco, el cierre de la Administración de Estados Unidos no tiene visos de cambiar, ya que las negociaciones entre los demócratas y el presidente Donald Trump continúan sin avances.
Además, Tim Cook ha publicado una carta a los inversores de Apple donde indica que los beneficios de este primer trimestre serán bastante más bajos de lo que la compañía había previsto inicialmente. Este anuncio supuso el primer recorte de previsiones en dos décadas por culpa de la baja demanda de iPhones en China.
Sin embargo los inversores parece que han arrancado el año con el ánimo renovado y dispuestos a dejar atrás un 2018 que ha sido muy complicado para los principales activos (bolsas, bonos, materias primas y oro). Aunque la volatilidad que están viviendo los mercados de acciones y de materias primas está empujando a muchos hacia los activos denominados refugio. De hecho, el bono alemán a diez años se encuentra ya en su nivel más bajo desde abril de 2017.
Pero aún es pronto para sacar conclusiones, puesto que la liquidez continúa siendo baja y aún hay muchas regiones cerradas por festivo.
Buen día.
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