A pesar de las vacaciones de verano, agosto fue un mes castigado por diferentes motivos: el endurecimiento de la política monetaria, la debilidad en el crecimiento de la economía china y la toma de beneficios tras un año muy positivo. Los índices cerraron mixtos ayer, con números rojos en las bolsas europeas y estadounidenses, excepto el DAX alemán y el Nasdaq. En Europa, las caídas fueron lideradas por el sector consumo, mientras que al otro lado del Atlántico, la salud y los servicios públicos se vieron afectados.
La primera quincena de agosto reflejó la toma de beneficios por parte de los operadores. La segunda quincena fue un respiro y una buena oportunidad para los compradores que se motivaron, aunque no lo suficiente para que el S&P 500 cerrara en positivo. Desde febrero no habíamos visto un mes negativo para dicho índice.
En cuanto a la renta fija, la deuda pública presentó una reducción en la rentabilidad exigida, lo que resultó en un aumento en su precio. Esto fue motivado por el discurso del actual vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, quien señaló que la autoridad monetaria está cerca de concluir su ciclo de subida de tipos, pero que la decisión se dará a conocer en la reunión del 9 de septiembre.
En la agenda macroeconómica, el IPC de la zona euro se publicó por encima de las estimaciones de los analistas (5,3% frente a 5,1%). En Estados Unidos, tuvimos las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo (228.000 frente a las 235.000 estimadas) y el PCE en un 3,3%, igual que lo esperado por el mercado. Hoy, en el regreso a las clases, tendremos los datos del PMI manufacturero de Francia, Alemania y la zona euro. En España ya se publicó por debajo de las previsiones (46,5 frente a 48,8). Por último, en Estados Unidos estaremos atentos a las nóminas no agrícolas de agosto y a la tasa de desempleo. Recordemos que el próximo lunes Wall Street no abrirá debido al festivo del Día del Trabajo.
Feliz viernes.