¿Y a cuántos nos aburre ya esto del brexit? Si no quieres salir, pues no haberlo votado, que dirán muchos y no faltos de razón. El esperpento en que se está convirtiendo un proceso que debería haber terminado precisamente hoy, contando, eso sí, con que la seriedad hubiera estado presente en algún momento, alcanza un nuevo punto. Se vota en unas horas el plan de salida negociado por May con la UE. Sí, ese mismo que ya ha sido rechazado, a ver si ahora «cuela». Dando por casi segura la derrota de la premier, quién, por cierto, hasta ha ofrecido su cabeza para darle una salida digna a esto, luego habrá el qué… pues otra votación para decidir cuándo volver a votar la siguiente votación de lo que ya se ha votado. En fin…
A cambio estadounidenses y chinos avanzan lento pero seguro en su intento de liberar al mundo del amago continuo de guerra comercial. Las últimas novedades al respecto son (quitando el porcentaje de publicidad siempre positiva) esperanzadoras por boca de EE.UU., aunque si alguien esperaba que pudieran ser también rápidas, mucho parece que estaba errando. Pero no por ello va a ser peor.
Los indicadores alemanes publicados ayer siguen mostrando que el peso de las tensiones sobre el comercio mundial, además de otras de origen nacional o europeo, todavía pesan. Aunque no tanto como la absoluta falta de esa fuerza que se le esperaba a la inflación después de haber inundado el sistema de liquidez. El último exponente de que los QE no han servido para darle «vidillla» a los precios es el IPC español, que, a pesar de todo, mantiene un muy digno 1,3%.
La existencia de la ralentización global no es algo negociable hoy por hoy, aunque sí los miedos a que se desate una recesión inminente que ya podrían ir anticipando los movimientos de las curvas de deuda soberana. Pero un PIB como el de EE.UU., del 2,2%, da espacio al optimismo. Aunque es cierto que la última lectura del crecimiento del cuarto trimestre ha quedado por debajo de lo esperado por culpa de una subida más suave del consumo y de la inversión. Pero subida al fin y al cabo.
Buen fin de semana.