Las bolsas europeas cerraron ayer con caídas generalizadas, lastradas por el desplome de ASML y el temor a una posible destitución del presidente de la Reserva Federal por parte de Donald Trump. El índice STOXX 600 cedió un 0,6%, encadenando su cuarta jornada consecutiva en rojo, mientras que el DAX retrocedió un 0,2%.
El mayor castigo se lo llevó el sector tecnológico. ASML se desplomó un 11,4%, su peor sesión en nueve meses, pese a presentar unos resultados que batieron expectativas: el beneficio por acción del segundo trimestre superó con claridad las previsiones, los pedidos se mantienen en máximos y la compañía reiteró sus guías anuales, manteniendo su visión optimista sobre el crecimiento estructural del sector para los próximos años. No obstante, el tono cauteloso del consejero delegado —que mantuvo sus expectativas para 2026, aunque evitó confirmarlas ante la actual incertidumbre— bastó para enfriar el ánimo de los inversores. Otros fabricantes de semiconductores, como ASM, BE Semiconductor y STMicroelectronics, cayeron entre un 2% y un 5%.
Renault también sufrió un fuerte castigo, con una caída del 18,5% tras lanzar una advertencia sobre resultados apenas un mes después de anunciarse la salida de su consejero delegado. La automovilística revisó a la baja su objetivo de margen operativo para el conjunto del año, desde al menos un 7% hasta el 6,5%. En el Reino Unido, el dato de inflación sorprendió al alza: el índice de precios al consumidor repuntó hasta el 3,6% en junio, el nivel más alto en más de un año, lo que podría reactivar el debate sobre nuevas subidas de tipos por parte del Banco de Inglaterra.
En EE.UU., la sesión fue volátil y estuvo marcada por los rumores de que Trump podría destituir a Jerome Powell, lo que provocó una caída momentánea de los índices y del dólar, así como un repunte en los rendimientos de los bonos. Finalmente, el propio Trump negó la información, lo que permitió a los mercados recuperar terreno. El Nasdaq cerró con un avance del 0,26% y marcó un nuevo máximo histórico, el quinto en seis sesiones. El S&P 500 subió un 0,32% y el Dow Jones, un 0,53%. A pesar de las turbulencias políticas, la solidez macroeconómica y los resultados empresariales siguen dando soporte a las bolsas. Johnson & Johnson destacó con una subida del 6,2%, al revisar al alza sus previsiones anuales tras reducir algunos costes asociados a los nuevos aranceles.
La inflación ha sido protagonista esta semana. El martes, el índice de precios al consumidor (IPC) sorprendió al alza, lo que rebajó las expectativas de recortes por parte de la Fed. Ayer, los precios a la producción (IPP) mostraron una evolución más contenida. Estos índices se mantuvieron estables en junio. La subida en los precios de los bienes —afectados por las tarifas— se vio compensada por un descenso en el coste de los servicios. Por otro lado, los futuros sobre tipos de interés descuentan ahora una primera bajada en septiembre y otra adicional antes de que finalice el año. El mercado interpreta que el ruido político podría acelerar un giro en la política monetaria, pese a que varios miembros de la Fed insisten en mantener la cautela mientras no se tenga mayor visibilidad sobre el impacto inflacionario de los aranceles.
La atención seguirá centrada en los resultados empresariales —con la publicación de las cifras de TSMC, Netflix y PepsiCo, entre otras—, la evolución de los tipos de interés y los posibles avances en las negociaciones comerciales sobre aranceles entre la UE y EE.UU.
Feliz jueves.