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07/07/2025 AUTOR: Jorge González Morning meeting

Prórroga en las negociaciones comerciales globales

Negociaciones comerciales

El viernes pasado, los mercados cotizaron sin la referencia americana, esa tan necesaria que provoca que, cuando Wall Street cierra por festivo, el resto de los parqués pasen el día sin rumbo claro. Pero eso es lo habitual, porque el viernes sí hubo claras caídas en Europa, con los índices francés (-0,75%) y español (-1,48%) a la cabeza, lo cual arrastró al EuroStoxx 50 (-1%).

 

La Casa Blanca presiona a la Fed

Durante la semana pasada, los mercados mantuvieron un tono bastante positivo, a pesar de haber sido una semana reducida por los festivos. En Estados Unidos, la atención estuvo puesta en la aprobación de una ambiciosa ley presupuestaria, lo que supuso un alivio para el Gobierno tras dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. Además, ayudó a reducir el riesgo de un posible cierre de la Administración en lo que queda de año. La ley incluyó medidas favorables al mercado, como la amortización del 100% de inversiones en equipos y estructuras manufactureras, y la deducción inmediata y permanente de gastos en investigación y desarrollo. Aun así, el déficit fiscal sigue siendo elevado, en torno al 7% del PIB y, sin planes claros para recortar gasto o subir impuestos, su reducción dependerá de cómo evolucionen los tipos de interés. De ahí que la Casa Blanca insista tanto en que la Reserva Federal recorte los tipos tan pronto como el 30 de julio, porque, de momento, el coste de la deuda sigue subiendo.

 

En cuanto a la economía estadounidense, los datos fueron mixtos. Aunque el informe de empleo fue sólido y el paro sigue bajo —en parte por la reducción de la inmigración—, los aranceles están empezando a pasar factura al consumo y a subir los precios. Esto refuerza las peticiones desde la Casa Blanca para que se bajen los tipos, aunque Jerome Powell, presidente de la Fed, ha rechazado, de nuevo, estas presiones políticas.

 

 

Aranceles y estrategias

En el ámbito comercial, parece que hay avances con la Unión Europea, que estaría dispuesta a aceptar un arancel generalizado del 10%. Esto podría allanar el camino para acuerdos similares con Japón, Corea y otros socios. Además, ayer Trump decidía retrasar la fecha de entrada efectiva de los aranceles hasta el 1 de agosto, para poder seguir negociando durante este mes. Si se logra un acuerdo, se eliminaría buena parte de la incertidumbre en torno a los aranceles, algo que las empresas agradecerían, ya que ahora mismo les resulta difícil planificar a medio plazo. Aun así, Trump sigue siendo un actor imprevisible. Aunque no siempre sigue una lógica aparente, sus tácticas están dando resultados: ha logrado concesiones de la OTAN, ha presionado a Canadá para retirar su impuesto digital y ha influido en conflictos internacionales. Con los mercados en máximos y la economía aguantando, es difícil descartar que quiera apretar aún más si no ve avances rápidos, por lo que tendremos que estar pendientes de las cartas que ha anunciado que va a enviar esta semana a sus socios comerciales. En cambio, cuando todo apunta a que mejoran las negociaciones de la UE con Estados Unidos, el ministro de Finanzas francés, Éric Lombard, advirtió que Europa debe reforzar sus barreras para proteger su industria de las importaciones chinas, que amenazan con desindustrializar el continente. Además, señaló que se deben ampliar las medidas contra productos chinos en todos los sectores, ante la estrategia de China de dominar más del 50% del mercado global en cada industria.

 

Bonos del Tesoro

En Europa, los rendimientos de los bonos han subido algo por la expectativa de mayor crecimiento y más gasto público, especialmente en defensa y seguridad. Alemania parece decidida a aumentar el gasto, y en países como Italia se está planteando incluso financiar infraestructuras, como un puente entre Sicilia y el continente, con fondos de defensa. Aunque esto podría chocar con EE.UU., también muestra cómo estas inversiones pueden impulsar el crecimiento de forma más general. Por su parte, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, indicó la pasada semana que aumentar la venta de bonos del Tesoro a largo plazo con los rendimientos actuales no tendría sentido, y que el Gobierno podría recurrir más a la emisión de letras a corto plazo. Wall Street había anticipado un aumento en la emisión de deuda a largo plazo.

 

Momentos delicados en Francia y Reino Unido

En Francia, el primer ministro superó una cuestión de confianza con el respaldo del partido de Le Pen. A corto plazo, no se esperan nuevas mociones, pero existe el riesgo de elecciones anticipadas en verano, lo que podría generar inestabilidad en los bonos franceses si la extrema derecha gana terreno. Por su parte, en el Reino Unido, el gobierno de Starmer atraviesa tensiones internas tras el fracaso de una reforma del sistema de bienestar. Aunque ha respaldado a su ministra de Finanzas, su continuidad no está asegurada. La situación fiscal empeora y podría forzar subidas de impuestos, algo difícil con el crecimiento estancado. Los inversores siguen cautos, recordando el precedente del episodio de Truss.

 

Mercado de valores

En general, no ha habido grandes movimientos en los mercados esta semana. El dólar ha seguido algo débil, los mercados bursátiles continúan subiendo a pesar de las dudas y los diferenciales de crédito se han estrechado. En las materias primas, en líneas generales el comportamiento fue positivo, frente a la caída generalizada que llevan en lo que va de año, con la excepción del oro y la plata. ¿La mala noticia? Que las que más subían estos días eran las agrícolas, con el trigo, el azúcar y la soja volviendo a poner en duda el futuro de la inflación.

 

Pero, durante el fin de semana, conocimos que la OPEC+ aumentará la producción de petróleo más rápido de lo previsto en agosto, con un alza de 548.000 barriles diarios, buscando aprovechar la fuerte demanda veraniega y recuperar cuota de mercado. Este giro estratégico liderado por Arabia Saudita podría aumentar la sobreoferta global, presionando los precios a la baja en un contexto de crecimiento económico incierto y excedente de inventarios.

 

De cara a los próximos días, el 9 de julio marcaba una fecha clave en las negociaciones comerciales que los inversores llevan tiempo esperando, pero la decisión de Trump de retrasarla al 1 de agosto debería servir de alivio. El comportamiento del mercado en este inicio de trimestre dependerá de cómo evolucionen estas conversaciones y de los datos de inflación de EE.UU. la semana siguiente. Si se dan varios factores positivos —crecimiento mejor de lo esperado, inflación controlada, buenos resultados empresariales y bajadas de tipos—, podríamos ver un buen comportamiento en bonos y acciones en la segunda mitad del año. En este contexto, esta semana estará marcada por relevantes datos macroeconómicos. Destacan la producción industrial y la balanza comercial de Alemania, así como el IPC de junio en Alemania, Francia y China. Además, se publicarán las ventas minoristas de la eurozona, el PIB del Reino Unido y el acta de la última reunión de la Reserva Federal. En EE.UU. también se esperan cifras de paro semanal, mientras que España celebrará una subasta de letras a tres meses. Además, esta semana conoceremos las cuentas trimestrales de varias aerolíneas como Jet2, Delta o Norwegian, y tendremos que esperar hasta el martes 15 para conocer las cuentas de la banca americana. Por último, hoy tenemos reunión del Eurogrupo.

 

Buena semana.

 

Jorge González Gómez
Director de Análisis

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