Ya es habitual que ante la ausencia de datos macroeconómicos de relevancia y con el verano a la vuelta de la esquina, los mercados presten un poco más de atención a la política.
Especialmente hoy, día de vuelta a la rutina, con Wall Street y la City cerrados, y con la resaca de una cumbre del G7 que nos recuerda que los años de fotos radiantes de amistad se han acabado.
Así, Trump ha hecho extensible su forma de hacer política en EE.UU. a las relaciones internacionales, algo que parece haber dolido a Merkel y que ve en Macron al aliado con el que luchar en tiempos de brexit, grexit, frexit… Pero lo relevante no es tanto el periplo europeo del presidente norteamericano, sino su vuelta y el retomar los asuntos internos, que son los que realmente preocupan a los inversores: las promesas electorales que dieron origen al llamado Trump trade.
No obstante, en el plano macro EE.UU. sigue mostrando fortaleza. El viernes conocimos la revisión del PIB del primer trimestre, que dejaba una lectura de 1,2% frente al 0,9% esperado y 0,7% anterior, gracias al crecimiento del consumo, dato empañado por la confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que caía cuatro décimas frente al 97,5 consensuado. A pesar de ello, el indicador continúa en niveles muy elevados en términos históricos. En este contexto los índices cerraron prácticamente planos y a la espera de dar cierre a una semana de ligeras ganancias.
Hoy conoceremos la evolución de la masa monetaria (M3) de la zona euro y escucharemos las conclusiones de Mario Draghi sobre la evolución económica de la región.
Buen día.
Pablo Nortes Planas
Dirección de Inversiones
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