La tecnología volvió a ser el capitán general de las bolsas

Tras este comportamiento, además del evidente “abaratamiento” de muchos valores, están tres factores principales: por un lado, veíamos cómo las rentabilidades exigidas a la deuda cedían unos pocos puntos básicos después de haber tocado niveles de 1,60%.

Un oasis de relajación tras las últimas semanas, que se unía a la práctica aprobación del programa de estímulos del Senado americano, a falta casi solamente de la firma de Joe Biden. Finalmente, también ayudaba la revisión de las expectativas de crecimiento para este y el próximo año publicadas por la OCDE.

Estas tres eran las grandes novedades del día, a la espera de que hoy se sume el BCE, cuya reunión mensual de dos días se inicia y en donde en realidad no se esperan decisiones de calado. Sí es cierto que los miembros del organismo se encuentran divididos en lo que piensan sobre el reciente repunte de las expectativas de inflación y de las rentabilidades nominales de la deuda pública, pero la línea a seguir con gran probabilidad será la marcada por Jerome Powell y la Reserva Federal.

En otras latitudes, la renta variable asiática no seguía la estela positiva dejada por Wall Street y cerraba esta mañana con números muy tímidos. Y eso cuando se rumorea que las autoridades chinas están comprando acciones en los mercados locales. Parece que nuestros amigos orientales están decididos a hacer que, sea como sea, siga la tradición por la que los años del Buey son años positivos para la bolsa. Podríamos incluso trasladarlo al extenso refranero español, pues en dicho caso estaríamos ante el típico “año de bueyes, año de bienes”.

Buen jueves.