La semana pasada, los mercados demostraron una notable resiliencia, a pesar de las continuas incertidumbres económicas y fluctuaciones significativas. Los inversores navegaron a través de datos económicos mixtos, resultados empresariales y eventos geopolíticos que configuraron un entorno farragoso. Si bien las preocupaciones por la inflación y los tipos de interés persistieron, el optimismo en torno a la fortaleza económica y los sólidos beneficios empresariales ofrecieron apoyo a los mercados.
La rentabilidad del bono estadounidense a diez años disminuyó 15 puntos básicos, situándose en el 4,60%, mientras que el alemán volvía al 2,5%. Por su parte, el precio del crudo volvía a subir y ya se sitúa por encima de los 80 dólares el barril Brent. La volatilidad, medida a través de los futuros del índice VIX, cayó de 19,2 a 15,7, reflejando un entorno algo más estable para los inversores.
El evento clave de la semana fue el informe de inflación de diciembre en EE.UU., publicado el miércoles por el Departamento de Trabajo. Aunque el índice general mostró una aceleración respecto a noviembre, la inflación subyacente (que excluye alimentos y energía) aumentó un modesto 0,2%, marcando la menor subida desde julio. La inflación interanual subyacente también se desaceleró, pasando del 3,3% en noviembre al 3,2% en diciembre.
Estos datos fueron bien recibidos por los mercados, ya que refuerzan la idea de que las políticas restrictivas de la Reserva Federal están comenzando a dar fruto. Aunque no se espera que estos resultados influyan en una reducción de los tipos en la próxima reunión de enero, mantienen abierta la posibilidad de recortes más adelante en el año. Este optimismo impulsó a los principales índices estadounidenses: el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq registraron sus mayores avances diarios desde el rally poselectoral de noviembre, que fue acompañado de nuevas subidas el viernes. Por su parte, el buen viernes en los parqués europeos permitió que la mayoría de sus índices estén batiendo, en lo que va de año, a los americanos.
El inicio de la temporada de resultados empresariales ofreció un panorama mixto, aunque con mensajes positivos en sectores clave como la banca. JPMorgan Chase y Goldman Sachs presentaron sólidos resultados trimestrales, destacando un resurgimiento en la actividad de banca de inversión. Por su parte, el Nasdaq mostró volatilidad significativa, con jugadores clave como Nvidia y Tesla recuperándose al final de la semana, gracias a un entorno de mercado más favorable. Sin embargo, empresas como Moderna afrotaron desafíos, con caídas significativas debido a la revisión a la baja de sus proyecciones de ventas para 2025.
Fuera del ámbito empresarial, los datos económicos pintaron un cuadro de resistencia. Indicadores como el aumento en los inicios de construcción de viviendas y la producción industrial reforzaron las expectativas de crecimiento. No obstante, las ventas minoristas moderadas atenuaron parte del entusiasmo.
De cara a los próximos días, los inversores centrarán su atención en una serie de indicadores económicos y publicaciones de resultados empresariales. En Japón, se dará a conocer la producción industrial de noviembre, mientras que en Europa, destacan el índice ZEW de confianza económica en Alemania, los PMI manufactureros y de servicios de la eurozona y el IPC armonizado de España.
En Estados Unidos, se esperan las solicitudes semanales de desempleo, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan y datos del mercado inmobiliario, incluyendo la venta de viviendas de segunda mano. Además, será una semana intensa en la temporada de resultados empresariales. Gigantes como Procter & Gamble, Johnson & Johnson, Netflix, General Electric, 3M, Visa e Intel, entre otros, presentarán sus cifras. En Europa, Bankinter y LVMH serán protagonistas.
Hoy, Trump volverá a la presidencia, pero los mercados estadounidenses no estarán abiertos para cotizarlo debido a la celebración del Día de Martin Luther King, Jr. En el ámbito geopolítico, esperemos que la tregua en Gaza se mantenga y que las felices imágenes vistas en las últimas horas se repitan.
Esta semana, los inversores también estarán atentos a la reunión del Banco de Japón (BoJ), cuyo gobernador Kazuo Ueda y su consejo evaluarán la posibilidad de subir los tipos de interés por primera vez en años. En un momento en que otros bancos centrales, como la Reserva Federal, se concentran en el ritmo de los recortes, Japón sigue en dirección opuesta.
Tras décadas de crecimiento económico débil y precios estancados, Japón parece estar logrando una inflación estable, respaldada por un sólido crecimiento salarial. Este contexto permitiría al BoJ comenzar a normalizar su política monetaria, alineando los costos de endeudamiento con los de otras economías principales. El mercado espera con interés la decisión del viernes, mientras persiste la incertidumbre sobre los posibles impactos de esta política en un entorno global todavía marcado por retos económicos y tensiones geopolíticas.
Buena semana.