Buenos días.
«Si no lo veo no lo creo» es la frase hecha necesaria en todo lo que acontece a la crisis de deuda griega. Sin duda alguna el panorama ha dado un giro radical, pero es ahora el FMI el que pone la nota de tensión al no querer aceptar, por lo que parece, las propuestas de Syriza, más orientadas a la presión fiscal que a la reducción del gasto. Así que mejor calma al respecto. Mientras, el BCE sigue ampliando más y más la financiación extraordinaria ELA para evitar el derrumbe del sector bancario del país.
Aunque Grecia haya estado enfriando las expectativas de muchos europeos, los PMI publicados ayer demuestran que la recuperación económica se acerca cada vez más a una realidad palpable. Los agregados de la zona euro alcanzaron máximos de cuatro años, descontando crecimientos de PIB del 2% y con el sector manufacturero francés de vuelta al terreno del crecimiento después de más de un año. También cabe destacar que el Tesoro de España se despidió (posiblemente de forma definitiva) del breve espejismo de que los costes de financiación hayan sido negativos.
EEUU podría haber subido al carro de la recuperación, aunque en este caso sobre una serie de «accidentes invernales». El miembro de la Fed Jerome Powell, reconocido macrodependiente, confirmó que la buena marcha de la economía permitiría no una, sino dos subidas de tipos este mismo año. Junto a esto, se publicó una batería de indicadores con sesgo positivo gracias al empuje del regional manufacturero de Richmond y a la venta de vivienda nueva, dado que el mal dato de bienes duraderos, siempre igual de volátil, se debió al descenso de los aviones comerciales.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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