Las bolsas europeas cerraron ayer con avances generalizados, impulsadas por el anuncio de un nuevo paquete de estímulos fiscales en Alemania. Berlín aprobó un plan de alivio tributario de cuarenta y seis mil millones de euros para reactivar el crecimiento y evitar que la economía encadene su tercer año de contracción. En paralelo, los últimos datos del sector servicios en Alemania reflejaron su mayor caída en más de dos años, lo que refuerza la urgencia de las medidas.
El DAX alemán subió un 0,8% y rozó nuevos máximos históricos, mientras que el CAC 40 francés avanzó un 0,5% y el FTSE británico un 0,2%. La excepción fue España, que cedió un 0,2%. El STOXX 600 ganó un 0,5% y tocó máximos de la última semana. Por sectores, destacó tecnología, seguido de alimentación y bebidas, que subió un 1,1% gracias al avance de Campari (+6,4%). Airbus también repuntó (+2,2%) tras conocerse que varias aerolíneas chinas estarían valorando un pedido masivo de aviones —entre 200 y 500 unidades— a partir del próximo mes.
Aun con el impulso fiscal, el clima de fondo sigue marcado por la cautela. Washington ha duplicado los aranceles al acero y al aluminio, una decisión que enturbia el comercio global y ejerce presión sobre sus socios para que presenten sus “mejores ofertas” antes de que entren en vigor nuevas tarifas en julio. El miércoles expiró el plazo que la Casa Blanca había dado para recibir propuestas, sin que se produjeran anuncios relevantes. Aun así, las negociaciones siguen activas: Japón ha enviado nuevamente a su principal representante comercial a Washington en busca de un acuerdo, mientras que el nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, también se desplazará a la capital estadounidense para mantener un encuentro con Trump en el Despacho Oval. El presidente de EE.UU. volvió a generar polémica al firmar un decreto que prohíbe la entrada al país a ciudadanos de doce naciones, en una medida que añade tensión a un entorno ya crispado y cuya justificación oficial aún no se ha hecho pública.
Wall Street terminó la jornada con signo mixto. El S&P 500 se mantuvo plano, el Nasdaq sumó un 0,3% y el Dow Jones retrocedió un 0,2%. Los datos conocidos ayer dibujaron un panorama más débil de lo esperado: el sector servicios se contrajo por primera vez en casi un año, mientras que las empresas acusaron un repunte en los precios de los bienes. El informe de empleo de ADP reveló la creación de puestos de trabajo más baja en más de dos años, a la espera del dato oficial de empleo que se publica mañana. Las dudas sobre el crecimiento coinciden con un aumento de las presiones inflacionistas y con un renovado debate fiscal.
La “One Big Beautiful Bill Act” de Trump, que extendería los recortes de impuestos de 2017 y aumentaría el gasto militar y en seguridad fronteriza, podría elevar la deuda federal en más de dos billones de dólares, según la Oficina Presupuestaria del Congreso. Algunos cálculos más pesimistas apuntan a un impacto total de hasta cinco billones si se prolongan las rebajas fiscales de forma permanente. Elon Musk, quien fuera socio del Gobierno y que lideró el esfuerzo de eficiencia presupuestaria desde el Departamento de Reducción del Gasto (DOGE), criticó duramente el plan, mostrando su enfrentamiento con Trump y dando a entender el porqué de su marcha.
Por ahora, el S&P 500 se mantiene más de un 2% por debajo de sus máximos de febrero, tras cerrar mayo con su mejor rendimiento mensual desde noviembre del año pasado. Varios bancos de inversión, entre ellos Barclays, han revisado al alza sus previsiones para el índice, apoyados en la moderación del tono comercial y unas expectativas más optimistas para los beneficios en 2026.
En la agenda del día, los inversores centrarán su atención en la reunión del Banco Central Europeo. El mercado da prácticamente por descontado un recorte de veinticinco puntos básicos.
Feliz jueves.
Llámanos 
