Las bolsas europeas cerraron ayer con descensos moderados, incapaces de sostener las ganancias iniciales tras un dato de inflación en EE.UU. mejor de lo esperado. El STOXX 600 cedió un 0,3% y encadenó su tercera jornada consecutiva en negativo, penalizado por la falta de avances tangibles en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Pese a los mensajes iniciales de entendimiento, el contenido concreto del acuerdo fue escaso, lo que alimentó la cautela. Donald Trump aseguró que “el acuerdo está hecho” y que China suministrará minerales estratégicos, como tierras raras, a EE.UU. Según la Casa Blanca, el pacto contempla aranceles recíprocos del 10%, aunque Washington impondrá además tarifas adicionales del 20% por tráfico de fentanilo y un 25% por medidas ya en vigor, elevando el gravamen total hasta el 55%. Sin embargo, los analistas esperaban compromisos más ambiciosos y no una reiteración de declaraciones previas.
En el plano empresarial, Inditex fue la protagonista de la jornada tras presentar unos resultados del primer trimestre por debajo de lo esperado. La compañía registró ingresos de 8.270 millones de euros y un beneficio neto de 1.300 millones, con un crecimiento del 6% en ventas entre mayo y los primeros días de junio, por debajo del ritmo del año anterior. Aunque los márgenes se mantuvieron sólidos y la rentabilidad sobre el capital sigue siendo elevada, el mercado penalizó el tono más débil del inicio de la campaña de verano, en un entorno de consumo más desafiante.
Desde la empresa señalaron que parte del enfriamiento se debe al impacto indirecto del entorno arancelario global, que está afectando al comportamiento del consumidor en varios mercados clave. Aun así, destacaron su modelo flexible de aprovisionamiento y su apuesta por la proximidad como elementos diferenciales frente a competidores más dependientes de Asia. Las acciones de Inditex cayeron un 4,6% y arrastraron al conjunto del sector minorista europeo, que terminó la jornada con un descenso del 1,7%. Entre el resto de los sectores, solo las compañías de servicios públicos lograron avances significativos, apoyadas en la caída de las expectativas de tipos de interés, mientras el resto mostró un comportamiento mixto.
Los principales índices norteamericanos también cerraron en negativo. El S&P 500 bajó un 0,27%, lastrado por las caídas de Amazon y Nvidia, mientras el Nasdaq retrocedió un 0,5%. El Dow Jones se mantuvo prácticamente plano. Pese a las tensiones geopolíticas —con la evacuación parcial de la embajada de EE.UU. en Irak y nuevas amenazas por parte de Irán—, los inversores acogieron con optimismo el dato de inflación de mayo: el índice general subió un 2,4% interanual, una décima por debajo de lo previsto, y la tasa subyacente se mantuvo contenida en un 2,8%. Este dato refuerza las expectativas de un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en septiembre, cuya probabilidad, según los mercados, ya ronda el 70%. De hecho, algunos operadores comienzan incluso a contemplar una posible bajada en julio si los próximos datos acompañan. En este contexto, el bono estadounidense a diez años cerró estable, en el 4,47%.
Hoy se conocerán el PIB del Reino Unido y datos semanales de paro en EE.UU., que podrían ofrecer más pistas sobre el margen de actuación de los bancos centrales.
Feliz jueves.