Buenos días.
Arranca una semana que apunta a decisiva para los mercados financieros debido a la reunión periódica de la Fed, para la que las apuestas auguran el inicio de la retirada de estímulos del QE3. Los escenarios que se barajan son tres, que van desde el menos agresivo, consistente en el mantenimiento del nivel de compras de activos, al más activo con reducciones de hasta USD 30.000 MM, pasando por el que descuenta la mayoría del mercado, que apuesta por una merma de 5.000 a 15.000 millones. En cualquier caso, hasta el miércoles no sabremos la decisión final, la cual llevará aparejada la visión de la Fed sobre la marcha de la economía de EEUU en función del importe final afectado.
También la sucesión de Bernanke está cogiendo tintes de culebrón, más por el juego de intereses entre los dos grandes partidos que por criterios financieros, unos intereses que han devorado a Larry Summers, el favorito de Obama para tomar el mando de la Reserva Federal a partir de enero. El que fuera Secretario de Tesoro bajo la presidencia de Bill Clinton ha decidido quitarse de en medio visto el escaso respaldo que levantaba entre el mismo Partido Demócrata su condición de halcón monetario, decisión que también ha sido bien recibida entre los inversores, que ven en Janet Yellen a la candidata ideal de un mundo sobreestimulado.
Junto a EEUU, Alemania va a ser el otro faro de la semana, más aún después de las elecciones regionales en Baviera y con la vista puesta en las generales de este domingo. La CSU, la filial bávara del partido de Angela Merkel, ha arrollado en esta cita electoral, pero no todo han sido alegrías para la nueva dama de hierro, porque el hecho de que los liberales (sus socios de gobierno federal durante los esta legislatura) se queden fuera del Parlamento de Baviera, conforma en sí una grave amenaza de cara a los apoyos que deberá buscar la CDU a partir de lunes, siempre y cuando las quinielas acierten.
Resulta curioso sin embargo la escasa importancia que está tomando el desarrollo de los acontecimientos en Siria o Italia. En el caso de la primera y tras dos años de guerra fratricida, tan sólo las amenazas de bombardeo occidental encendieron las alarmas de la comunidad internacional, mientras que en el caso italiano, la expulsión del Senado de un expresidente condenado que amenaza con derribar el gobierno sigue enfangada y sin visos de convertirse en una amenaza potencial para la estabilidad de una Zona Euro que lucha por reinventarse tras sufrir una crisis que ha puesto al descubierto sus muchas y muy grandes carencias.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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