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18/04/2017 AUTOR: Amílcar Barrios Vilallonga Morning meeting

Riesgo geopolítico: ¿amenaza del año?

Riesgo geopolítico: ¿amenaza del año?

Al cierre de 2016 el mercado apuntaba al riesgo geopolítico como la principal amenaza del año. Pero lo cierto es que viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, si la economía aguanta, mucho tiene que pasar para que las bolsas se den la vuelta. Y es que de momento no ha sido suficiente el repunte de tensión a cuenta de Siria, ni tampoco la referente a la dinastía norcoreana, ni tampoco una hipotética segunda vuelta electoral francesa entre los dos extremos, que de suceder, sí nos obligaría a ajustarnos cinturón o paracaídas.

La inflación era otro de los azotes posibles, siempre y cuando se desbocara. Curiosa esta reacción por parte del mercado sabiendo que el rebote de los costes energéticos ha representado la mayor parte del movimiento. Sólo así es como se pueden entender las últimas lecturas de los IPC de Alemania y Francia, cuyas caídas se explican por este razonamiento. El de EEUU, publicado a la baja el viernes, igual nos está queriendo decir algo más, dado que no sólo el general (el que incluye energía) retrocede, sino que también lo hace el subyacente, el más representativo de la actividad económica.

El resto de los indicadores macroeconómicos estadounidenses no han perdido la tendencia en estos últimos días; con sus decepciones, mantienen el crecimiento sostenido en líneas generales, ya sea de datos pasados o de adelantados. Esto mismo y no el leve descenso de la inflación es lo que probablemente ha invitado al número dos de la Reserva Federal a volver a mencionar lo propicio del momento para comenzar a reducir un balance sobredimensionado, ayudando a eliminar esta acción de la lista de tabús de los inversores.

Sea como sea, también China va a estar siempre presente. Presente pero como amenaza latente de descubrirse que hay algo que no funciona… si lo hay, claro. Y el PIB del primer trimestre revela que aunque hay crecimiento (porque un 6,9% es un 6,9%), éste no tiene un origen todo lo deseable que cabría esperar, dado que el peso de lo viejo, es decir, inversión en construcción y gasto público, es parte destacada de los números.

Con todo lo dicho, no son pocos los que creen razonable prestar más atención que en otras ocasiones a los resultados de las compañías. Después de una acogida tibia a la mejora del negocio de la banca norteamericana, el no conseguir tantos suscriptores como cabía esperar ha hecho mella en Netflix a pesar de multiplicar los ingresos.

Buen día.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones

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