Buenos días.
El FTSE londinense o el Nikkei tokiota son dos de los muchos índices que están rompiendo o alcanzando diversos máximos en los últimos meses, pero ahora a quien nadie tose es a Europa, inmersa en un proceso de «reciclaje» a cuenta del petróleo, del BCE o del merecido impacto de la reformas, pero por encima de todo hoy por hoy, es el euro el que más y mejor marca la pauta de las bolsas continentales.
Por supuesto que el riesgo político esta ahí. Anestesiado éste de momento a la espera de que se acerquen elecciones en el Reino Unido o España, las tiranteces entre Grecia y la troika de toda la vida siguen presentes y sin pinta de abandonarnos. Pero tocaban buenas noticias ayer, bidireccionales además, pues el gobierno heleno satisfizo el pago de los EUR 450 MM al FMI y el BCE aumentó en EUR 1.200 MM la asistencia financiera (programa ELA) a la banca griega.
El frente de los indicadores fue escaso, contundente y de signo mixto. La producción industrial y la balanza comercial de Alemania en febrero no rompen la estela positiva de la inmensa mayoría de datos salidos de este país, lo que indica que los factores positivos que debieran impulsar a la zona euro se están trasladando de la teoría a la práctica. El contrapunto sale de las tres décimas de crecimiento de los inventarios mayoristas en EEUU como reacción a una menor tasa de ventas.
Por último, hoy de madrugada se publicaban cifras de inflación chinas. El IPC de marzo se mantiene en el 1,4% alcanzado el mes anterior, pero los precios de producción suman una nueva caída que no cesa desde 2012, debida a la debilidad de la demanda interna y de las materias primas.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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