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24/09/2014 AUTOR: null Artículos de fondo

Los motores que impulsarán la renta variable europea

Las últimas noticias macroeconómicas que nos ha traído la zona euro han sido algo decepcionantes, eso no lo podemos negar, sobre todo aquella noticia sobre el PIB del segundo trimestre que indicaba que la región estaba en un punto muerto. Aun así, consideramos que Europa cuenta con otros motores que podrían impulsar el crecimiento de los beneficios corporativos y, en consecuencia, el precio de las acciones, convirtiendo así la renta variable europea en un activo atractivo en los próximos meses.

Los datos más débiles han obligado al BCE a entrar en acción, continuando con las medidas ya anunciadas en junio: bajada de los tipos de interés – situándose en el 0,05% frente al 0,1% –, tasa de depósito negativa de los activos mantenidos en el banco central – que bajó hasta el -0,2% desde el -0,1% – y, la más importante, el comienzo del programa de compra de titulaciones de activos (ABS) y bonos garantizados. El anuncio confirma, por si quedase alguna duda, que el BCE está dispuesto a actuar para ayudar a impulsar la economía de la zona euro.Los escépticos podrán pensar que incluso esto no será suficiente para ver como vuelve un crecimiento sostenido a Europa. Es cierto que hay factores que están fuera del control del BCE, como la situación en Ucrania, que pueden ser un lastre para la actividad económica. Sin embargo,las empresas europeas tienen mucho margen para ponerse al nivel de otros mercados desarrollados en materia de beneficios, por ejemplo, Estados Unidos, donde los beneficios han superado su pico anterior a la crisis.

Es importante tener en cuenta que el crecimiento económico no es, en absoluto, la única fuente de crecimiento de los beneficios para las empresas. Hay una serie de factores que deberían apoyar el crecimiento de los beneficios corporativos en la
zona euro:

  •  Las medidas acomodaticias del BCE: cuando Draghi afirmó en julio de 2012 “haré lo que sea necesario” hizo que los rendimientos de los bonos soberanos bajaran, ofreciendo una oportunidad a las empresas para refinanciar su deuda, u obtener financiación, a menor coste.
  •  La depreciación del euro: estas medidas tenían en parte como objetivo la depreciación del euro y hasta ahora lo han conseguido. Una moneda más débil proporcionará un apoyo importante a los exportadores europeos.
  • El margen de las empresas para remunerar considerablemente a sus accionistas: hay alrededor de 600 mil millones en los balances de las empresas europeas y una parte importante de esta cantidad podría ser devuelta a los inversores en forma de recompra de acciones o dividendos. Ya vimos como en Estados Unidos la recompra de acciones y dividendos alcanzaron niveles récord en el primer trimestre del año y existe la posibilidad de
    que Europa siga el ejemplo.
  • Las expectativas de recuperación del sector bancario: este otoño viene cargado de una serie de eventos que deben restaurar la confianza en los bancos de Europa y reactivar el mercado del crédito.

Tomados en su conjunto, los factores citados ofrecen el potencial necesario para que las empresas aumenten sus beneficios, independientemente de la coyuntura macroeconómica. Incluso si la economía de la zona euro registrara un crecimiento cero, creemos que los factores mencionados podrían aportar un aumento de entre un 10-12% al crecimiento de los beneficios. Obviamente, una recuperación económica sostenida de la zona euro supondría un apoyo adicional; asimismo las medidas del BCE también pueden ser efectivas en su objetivo de estimular la actividad económica. No obstante, aunque el camino hacia la recuperación podría ser tortuoso, las empresas cuentan con numerosos motores del crecimiento de los beneficios que no dependen del entorno económico y esto beneficiará a aquellos inversores que mediante una gestión activa encuentren las oportunidades que ofrece la región.

Inés del Molino

Directora de cuentas de Schroders

 

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