Los inversores mantienen un ojo en Ucrania y otro en el BCE

Buenos días.

Cuánto se nota el día que Wall Street decide no abrir sus puertas como sucedió en el día de ayer, en este caso debido a la celebración del Día del Trabajo. Así y todo, con Nueva York cerrado, los inversores mantienen un ojo en Ucrania y otro en el BCE, dándole aunque sólo sea por esta semana, menor importancia al día a día de los mercados.

En Europa la foto de la sesión tiene París como escenario, de dónde Hollande y Draghi parecen haber salido tan amigos, coincidiendo en el compromiso galo con las reformas, así como en la preocupación que levantan la debilidad de la actividad o la amenaza de la deflación. Y no les falta razón, más aun después de comprobar cómo el PMI manufacturero francés de agosto cae hasta 46,9 puntos, cada vez más lejos de los 50 enteros. A pesar de que la caída fue generalizada en toda la zona euro, en la línea de lo acontecido en las últimas semanas, llama la atención el que también Italia haya caído a terreno contractivo. Sin duda alguna, el conflicto entre Ucrania y los separatistas supuestamente ucranianos está pesando en los datos europeos, cuyo mejor ejemplo encontramos en la confirmación de la contracción alemana durante el segundo trimestre de este año.

España, ahora disfrutando de las mieles de la primera fila de la clase, realizó ayer la primera subasta de la historia a 50 años, toda una señal del apetito que levantan los títulos del Tesoro en estos momentos. Efecto Draghi, sí, combinado con reducción del déficit y del endeudamiento privado, o con PIB y empleo en mejora. Cierto es que acabamos de conocer que se ha roto la racha de seis meses consecutivos de creación de puestos de trabajo, pero tal y como ha evolucionado, quizás se le puede dar una oportunidad a la esperanza de que haya sido un ligero alto en el camino.

Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones