Hablar de decepción en el comportamiento de las bolsas europeas durante este año es quedarnos muy cortos.
Mientras que los fundamentales siguen siendo sólidos, a pesar de que el ciclo haya perdido algo de dinamismo, el peso de la política ha minado gota a gota la confianza de los inversores.
Un entorno complejo y comprometido el de nuestras bolsas que, con la entrada en escena de las turbulencias en emergentes, nos amargó el verano volviendo a poner a prueba los soportes de los índices y nuestra paciencia inversora.
Finalizamos julio confiados en el buen hacer americano y el dichoso sector bancario europeo parecía querer reestructurarse al alza. Pero en agosto nos dolió Italia y los bancos, Turquía y Argentina, y la guerra comercial en forma de una amenazante fuerte subida de los aranceles, lo que se tradujo en un nuevo movimiento defensivo ante una intensificación de los riesgos. Los norteamericanos, entre tanto, disfrutaban de los largos días de agosto con un S&P500 marcando nuevos máximos históricos.
Nuestros selectivos jugaban en el peligroso terreno de los niveles que separan un retroceso aceptable de una pérdida de soportes, que podría implicar una corrección profunda de meses de duración.
En los primeros días de septiembre sólo era capaz de pensar: Wall Street: no estornudes ahora, tu entorno no lo soportaría. Porque si bien creemos que los temores a una nueva crisis global no tienen fundamento, ni macro ni microeconómico, las estructuras técnicas se estaban poniendo en peligro.
El Séptimo de Caballería, en forma de Dow Jones Transportes marcando nuevos máximos, vino en nuestro auxilio. Europa rebotaba desde soportes estructurales llevándonos hasta las primeras resistencias de corto plazo. Salvada la primera bola de set.
A pesar del peso de la política y sus políticos, el crecimiento es el factor clave que a largo plazo impulsa los mercados. ¿Tendremos que deducir entonces que el estancamiento de las bolsas europeas es un síntoma de las dudas acerca de la capacidad de la zona euro de seguir adelante con el ciclo expansivo? ¿Estamos negando la japonización de Europa?
Lo lamento. pero no tengo respuesta. Sí les puedo decir que las valoraciones de las bolsas son atractivas. Es cierto que tenemos compañías con estructuras pesadas, pero también lo es que disfrutamos de otras muy dinámicas y somos potencias mundiales en muchos sectores. Debemos aprender del marketing de los líderes.
Necesitamos creer en nosotros y no solo podemos enfocarnos en el lado negativo de las cosas. Los índices tienen una cuenta pendiente con su potencial de beneficios y de crecimiento.
El futuro está lleno de incertidumbre pero no desesperen, a veces Europa nos sorprende en positivo.