En mi modesta opinión, a la hora de seleccionar empresas, analistas e inversores deberían prestar cada vez más atención a tres cuestiones que todavía o no se consideran lo suficiente o se hace de forma residual: cómo maneja la empresa el mix mundo físico (offline)/ mundo internet (online)–especialmente a la hora de la distribución-, si la empresa sabe valorar la importancia de la comunicación y las posibilidades comerciales de la red y, finalmente, entender que vamos a la coexistencia de un mundo de realidad virtual y otro de realidad física, y que lo que decida un directivo en cuanto a la combinación óptima entre los dos (o evitar totalmente uno de ellos por caro e innecesario) será vital para el futuro de la compañía. Es curioso, porque la existencia de universos paralelos creo que es uno de los supuestos más importantes de la física cuántica. Inquietante.
Lo crean o no, hace como quince años tuve la oportunidad de hacerle una pregunta directamente al mismísimo Bill Gates. No me interpreten mal. Yo no era, ni soy ni seré nunca tan importante como para que me inviten a un evento con alguien así. Simplemente un invitado se puso enfermo y me pasó la invitación. Pero ya que estaba, rellené el papelito de preguntar a ver si había suerte y me contestaba. Y la hubo.
Le pregunté hasta dónde llegaría el comercio online. Respondió que el límite estaba en cosas, como la ropa, que a uno le gusta probarse. De hecho, dijo que él no compraría un jersey por Internet, si no recuerdo mal. Vamos, que le gustaba probárselos. Como ven, hasta Bill Gates se quedó corto en su predicción: ahí están los números de la distribución de ropa por Internet. Se han superado todas las predicciones y con una fórmula muy simple, como ocurre con todas las grandes ideas y que ya se le ocurrió en su día a El Corte Inglés en el mundo real: “Si no está satisfecho, le devolvemos su dinero”.
En mi modesta opinión, a la hora de seleccionar empresas, analistas e inversores deberían prestar cada vez más atención a tres cuestiones que todavía o no se consideran lo suficiente o se hace de forma residual: cómo maneja la empresa el mix mundo físico (offline)/ mundo internet (online)–especialmente a la hora de la distribución-, si la empresa sabe valorar la importancia de la comunicación y las posibilidades comerciales de la red y, finalmente, entender que vamos a la coexistencia de un mundo de realidad virtual y otro de realidad física, y que lo que decida un directivo en cuanto a la combinación óptima entre los dos (o evitar totalmente uno de ellos por caro e innecesario) será vital para el futuro de la compañía. Es curioso, porque la existencia de universos paralelos creo que es uno de los supuestos más importantes de la física cuántica. Inquietante.
Lo crean o no, hace como quince años tuve la oportunidad de hacerle una pregunta directamente al mismísimo Bill Gates. No me interpreten mal. Yo no era, ni soy ni seré nunca tan importante como para que me inviten a un evento con alguien así. Simplemente un invitado se puso enfermo y me pasó la invitación. Pero ya que estaba, rellené el papelito de preguntar a ver si había suerte y me contestaba. Y la hubo.
Le pregunté hasta dónde llegaría el comercio online. Respondió que el límite estaba en cosas, como la ropa, que a uno le gusta probarse. De hecho, dijo que él no compraría un jersey por Internet, si no recuerdo mal. Vamos, que le gustaba probárselos. Como ven, hasta Bill Gates se quedó corto en su predicción: ahí están los números de la distribución de ropa por Internet. Se han superado todas las predicciones y con una fórmula muy simple, como ocurre con todas las grandes ideas y que ya se le ocurrió en su día a El Corte Inglés en el mundo real: “Si no está satisfecho, le devolvemos su dinero”.
Muchos se tapaban la nariz ante tamaña vulgaridad. La realidad es que ayudamos a mucha gente. Ninguno que nos preguntara cayó en las preferentes o cosas así, y lo más importante desde el punto de vista empresarial: no se pueden ni imaginar el tamaño de algunos de los patrimonios de clientes que he conocido por la radio o la televisión. Claro, años después sólo la independencia de criterio, la visión de arquitectura abierta 100% -podía hablar de cualquier producto del mercado porque no tenía producto propio que vender- y que mal no me explicaría, y eso atrae audiencia, me salvaron de ser arrollado por empresas mucho más grandes que ofrecían pagar no se cuánto “porque nos deis el espacio de Víctor”.
Lo más excitante es que en el mix comunicación-marketing-Internet-redes sociales e incluso realidad virtual, y concretamente en el sector en el que me muevo, está casi todo por hacer. Y obviamente, el que pegue primero pegará dos veces. Ante la incomprensión, el escepticismo y la ceja levantada, animo a los ejecutivos a luchar si tienen una visión clara sobre estos temas. Y les animo de forma muy gráfica: si pueden, que vean un documental que a veces ponen en televisión sobre las dificultades, incomprensión y falta de apoyo que sufrió Francis Ford Coppola para rodar Apocalipsys Now. Y ya ven qué exitazo de taquilla. O cómo varias casas de discos pasaron olímpicamente tanto de los Beatles como de los Rolling Stones en sus inicios (verídico).
En fin, como dice Coppola en ese documental, las ideas innovadoras siempre se reciben con miedo, escepticismo o como una amenaza. Y muchas veces no es por mala intención o mezquindad de oficina (ya me entienden). Es que la gente simplemente no lo comprende, o no se maneja bien en ese entorno aunque se esfuerce, como me pasa a mí con la informática, los asuntos legales, la burocracia, las hojas Excel… mi lista de limitaciones sería interminable. Por eso es importante el timing. A mí nadie me entendía cuando iba a la radio. Cuando lo entendió la competencia pueden imaginarse lo que pasó. Pero durante años tuve que soportar muchísimas críticas, especialmente internas, por hacerlo.
Algo parecido ocurre ahora en las empresas y su relación con la comunicación y el marketing -virtual o físico- con el uso de las redes sociales, las webs, etc. Y el inversor, analista o asesor que sepa detectar al directivo con la flexibilidad/inteligencia suficiente para adaptarse y entenderlo tendrá ventaja sobre el resto. No olviden lo que decía Darwin: el hombre no ha prevalecido sobre el resto de las especies por su fuerza ni por su inteligencia. Para comprobar lo de la fuerza nada como quedarse a solas con un tigre. Y todos sabemos que somos capaces de cometer faltas de sentido común –inteligencia- que no haría ningún animal-. No, el hombre está en la parte alta de la cadena alimenticia por su capacidad de adaptación.
Pues atentos a en qué parte de la cadena alimenticia están las empresas, si para comer o ser comidas por el mercado. Hay una frase en la Biblia que define perfectamente la actitud a tomar por el directivo que se ve en la difícil tarea de tomar ese tipo de decisiones (no cito literalmente porque estoy en la oficina y no la tengo delante): “Dios, dame fuerza para asumir y aceptar lo que no puedo cambiar, coraje para cambiar lo que sí que puedo cambiar e inteligencia para distinguir entre ambas situaciones”.
¡Buen fin de semana!