Buenos días.
A nadie extraña, o a nadie debería extrañar que los mercados prefieran andar con pies de plomo antes de saber si los miembros del Consejo de Gobierno del BCE deciden dar un paso al frente para contener la caída continuada del nivel general de precios en Europa. Todo ello con la experiencia adquirida durante los últimos meses, que hace preferible no esperar movimientos bruscos desde el organismo, es decir, apostar más por un mensaje de soporte que por una acción decidida.
A pesar de la caída del IPC de la zona euro hasta el 0,5%, la fortaleza mostrada por los PMI manufactureros de marzo puede suponer un argumento para que el BCE opte por no quemar alguno de los últimos cartuchos que conserva. Según lo publicado ayer, el conjunto del área de la moneda única se mantiene en 53 enteros, en la línea del mes precedente y lejos de la barrera de 50 que diferencia expansión de contracción. A destacar la divergencia entre Alemania y el resto de potencias, pues fue la locomotora continental la única que cedió terreno en relación a febrero, si bien fue de 53,7 puntos, una cota envidiada por el resto de socios comunitarios.
El ISM manufacturero, homólogo norteamericano del PMI europeo, sigue recuperando las posiciones perdidas a principios de año debido al impacto de los temporales en la costa este del país. De esta forma, en marzo alcanza el nivel de 53,7, superior al anterior aunque inferior al esperado, a pesar de lo cual destaca por el repunte del subíndice de producción, el mayor contribuidor durante el mes de marzo.
El tema del día, por lo menos de la mañana, es el dato de empleo de marzo en España publicado esta mañana, que marca el mayor descenso del paro desde 2006, que si bien no es un número espléndido en términos absolutos (16.620 parados menos), viene a afirmar el cambio de tendencia que se está dando en un mercado laboral muy necesitado de cambio.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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