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08/03/2016 AUTOR: Víctor Alvargonzález Jorissen Estrategias

Crónica de unas Jornadas (I)

“Elegí un mal día para dejar de fumar”. Es lo que decía el director de la torre de control en la película “Aterriza como puedas”.

Es también lo que debieron de pensar de mí la mayoría de los asistentes a las Jornadas de Estrategia de Tressis 2016. “Este hombre eligió un mal día para venir a hablar de estrategia de inversión”. No me extraña que lo pensaran. Nueva ciudad, nueva conferencia: nueva caída del mercado.

Pero no, no creo que eligiera un mal día. Más bien al contrario. Si hay un momento en el que hay que estar es en los momentos difíciles. Es cuando hay que dejar claro que sabes dónde estás y hacia dónde vas. Y explicarlo.

Diez ciudades y una media de 120 asistentes por conferencia son una buena muestra de qué piensan y qué les preocupa a los inversores. Como hay mucha gente que no pudo asistir  —gracias por los “aforos completos”—, aquí va un resumen de las cuestiones más candentes. Seguro que, en muchos casos, coinciden con lo que ustedes estarán preguntando.

Como no podría ser de otra manera, lo primero que quieren saber los inversores es dónde invertir. La respuesta es la misma ahora que la que daba a primeros de enero. La tienen en dos artículos publicados en “El Confidencial” en enero: “Ahora ya sabemos lo que nos espera” y “¿Qué es una cartera todoterreno?». Dado que actualmente el 90% de la población tiene acceso a Internet creo que lo más eficiente es dar esos artículos como respuesta. Así evito repetirme y me centro en algo igual o más importante: las preguntas concretas de los inversores. Hoy nos ocupamos de las dos más habituales.

 

¿Habrá “rebote”?

Mi respuesta siempre fue que sí. La volatilidad se mueve en ambas direcciones: al alza y a la baja. Y el título de las Jornadas, que siempre trata de resumir el año que entra en una frase, era “2016, el año de la volatilidad”. Y la respuesta es que a grandes bajadas seguirán importantes subidas. Como comenté entonces, el motor del rebote sería triple:

a) La desesperación del BCE. Abandonado a su suerte por los políticos ante el riesgo de estancamiento y deflación “a la japonesa”, está dispuesto a morir matando. A llenar el mercado de dinero para intentar evitar una espiral deflacionista.

b) El rebote —técnico— del precio del petróleo. Es una materia prima especialmente volátil y, como tal, tiene grandes caídas y grandes recuperaciones.

c) El juego del gato y el ratón de las autoridades chinas. Quieren devaluar su divisa para deshacerse del exceso de producción, pero sin quedarse sin reservas. Enfriarían el ambiente antes de volver a devaluar.

Todo lo anterior se está cumpliendo en las últimas semanas y ahí tienen el rebote: el Eurostoxx 600 ha subido un 12% desde mínimos y muy probablemente aumente ese porcentaje al calor de la próxima reunión del BCE.

 

¿Volveremos a una tendencia alcista consistente?

El índice mundial de bolsa MSCI World se mueve ahora exactamente igual que la cotización del yuan. Es lógico: el mundo teme a China. Y esa coincidencia —correlación positiva— no va a cambiar en breve.

El problema de China son sus burbujas, especialmente la sobreproducción. Produce mucho más de lo que consume o puede exportar. La única salida que tiene es devaluar su divisa para hacer más atractivo el precio de sus productos, con consecuencias negativas para el mundo entero. Especialmente para los mercados emergentes.

Hasta que no quede claro hasta dónde quieren llegar las autoridades chinas en el proceso de devaluación —y no son lo que se dice transparentes— es muy difícil que haya un cambio de tendencia sostenible en las bolsas mundiales. Los inversores estarán con la mosca tras la oreja y eso impide que entre dinero en serio.

El Politburó chino podría considerar “ya mismo” que tensar aún más la cuerda puede resultar más perjudicial que beneficioso, porque el daño que hacen a la economía global revierte en la suya. Pero también podrían proceder a una nueva vuelta de tuerca adicional. Desgraciadamente no tenemos contactos en el Politburó, así que es imposible saber lo que va a decidir. Pero sí sabemos una cosa: hasta que no mejore la visibilidad sobre si hay o no más devaluaciones —afortunadamente hay datos cuyo seguimiento nos permitirá saberlo— cualquier toma de posición en renta variable con visión a medio plazo conlleva un gran riesgo.

En otras palabras: no habrá paz en los mercados —tendencia alcista clara— hasta que sepamos si China ha conseguido equilibrar el ángulo de aterrizaje de su economía y, por lo tanto, ya no sea necesario devaluar más su divisa. Estamos hablando de la segunda economía del mundo, no de Grecia.

En la próxima crónica hablaremos del IBEX, de los bancos, del oro y del dólar. Todos ellos salieron a la palestra en los coloquios y estarán en esta nuestra crónica. Hasta entonces, disfruten del rebote.

 

Víctor Alvargonzález
Director de Estrategia

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