En 2013 el Premio Nobel de Economía fue otorgado a Robert Shiller por 1) sus contribuciones pioneras a la volatilidad del mercado financiero y la dinámica de los precios de activos, y 2) por su análisis empírico de los precios de los activos basado en su análisis histórico (remontando hasta el siglo XIX) de los precios de la renta variable.
Una de sus mayores contribuciones al análisis financiero es la ratio CAPE («Cyclically Adjusted Price to Earnings Ratio» o “Ratio Precio-Beneficio Ajustada Cíclicamente”), también conocida como PER de Shiller, una ratio de valoración bursátil que mide la relación entre el precio actual de un índice bursátil y el beneficio neto real medio de las empresas durante los últimos 10 años. Se usa principalmente para estimar los rendimientos futuros de la renta variable en escalas temporales de 10 a 20 años. Cuando los valores del CAPE son superiores al promedio, esto implica rentabilidades medias inferiores a la media anual a largo plazo.
Aunque no pretende ser un indicador de crisis bursátil inminente, es un hecho que, destacando algunos ejemplos, la ratio CAPE alcanzó un máximo histórico en 1929, el año del comienzo de la Gran Depresión; en el año 2000, el de la explosión de la burbuja de las “punto com”, y en 2007, el año que empezó la crisis financiera global.
Entonces, ¿qué pueden aportar las premisas de Robert Shiller para ayudar a los inversores? La respuesta es que proporcionan una excelente manera de abordar el mercado de renta variable, especialmente para la mayoría de los inversores que quieren estar invertidos en este activo, pero sin tener que asumir las altas volatilidades que puedan surgir durante las fases de correcciones, a menudo provocadas por la “exuberancia irracional”, tal y como lo describió Robert Shiller en su libro del mismo nombre publicado en el año 2000.
En efecto, históricamente, tal y como argumenta Shiller, los rendimientos esperados de la renta variable son inversamente proporcionales al nivel de valoración múltiple y al nivel de volatilidad de los precios de las acciones. Shiller nos sugiere, por lo tanto, invertir “a contracorriente”. Dicho de otra forma, la clave es aprovechar de la volatilidad del mercado para aumentar la exposición a renta variable durante las fases de correcciones bursátiles, y, al contrario, reducirla después de largas subidas.
En Eurizon Asset Management aplicamos esta flexibilidad contrarian para lograr rendimientos similares a los de la renta variable, al mismo tiempo que se reduce el nivel de volatilidad. Nuestro fondo estrella, el Eurizon Fund Azioni Strategia Flessibile, invierte solo el 50% en una cartera diversificada de acciones cuando el rendimiento esperado a largo plazo se encuentra en un mínimo histórico y, por otro lado, puede alcanzar el 100% en renta variable solo cuando el retorno esperado a largo plazo sea mayor que el promedio histórico. Aplicar este enfoque contrarian de forma disciplinada desde el lanzamiento en el año 2010, diversificando entre empresas norteamericanas y europeas, y favoreciendo las empresas con altos dividendos sostenibles han sido los factores de éxito que nos han permitido superar los 9.000 millones de euros de patrimonio, mostrando claramente el grado de confianza otorgado por nuestros clientes.
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