Desde hace varios años, llevamos enfrentándonos a cambios sociales que influyen en nuestras prácticas y productos.
En la actualidad, los criterios ESG (por sus siglas en inglés criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo) más que elementos nice to have, son desafíos estratégicos para la dirección y el centro de decisión de los inversores.
Hoy consideramos fundamental integrar estos desafíos en los procesos de inversión. Por ello, desde Degroof Petercam Asset Management (DPAM) invertimos en empresas que contribuyan a la sociedad del futuro dentro de nuestra filosofía de inversión sostenible y responsable.
Para nosotros los ganadores de hoy no son siempre los ganadores de mañana, y creemos que la innovación es a menudo mayor en compañías más pequeñas. Además, muchas temáticas que serán claves en el futuro no están definidas por compañías establecidas hoy en el mercado.
Las empresas en las que invertimos definirán la sociedad del futuro y a través de este fondo los inversores pueden obtener además una exposición a estas compañías de manera sostenible.
Hemos identificado una serie de tendencias o temáticas donde podemos encontrar estas compañías como son: nanotecnología, ecología, wellness (bienestar), generación Z, e-society (sociedad digital), manufacturing (industria) 4.0 y seguridad.
¿En qué debe fijarse un inversor?
En primer lugar, debe excluir las compañías que no se adhieren a los Principios de pacto Global Compact de Naciones Unidas (filtro normativo), o que tienen unos niveles de controversia muy altos definidos por MSCI o Sustainalytics. También excluimos sectores como el tabaco, defensa y apuestas.
En segundo lugar, revisar los KPI por subsectores, teniendo en cuenta todos los componentes ESG que son relevantes para ese subsector, así como para los productos que hacen esas compañías y su impacto en la sociedad. El objetivo de nuestro análisis ESG no es invertir en las mejores compañías respecto a criterios ESG, sino evitar las peores. Muchas (pero no todas) de las temáticas en las que invertimos son también temáticas sostenibles, como todo lo relacionado a la evolución hacia una sociedad con energía más eficiente y más segura.
En tercer lugar, a través de la renta variable, ofrecer diversificación geográfica, mayor espectro de oportunidades y diversificación a través de temáticas que deben ser analizadas globalmente. En DPAM solo invertimos en empresas que darán forma a la sociedad del futuro.
En cuarto lugar, saber que el compromiso con la calidad y el desarrollo sostenible es una actitud que debe tomarse personalmente. El compromiso con la calidad está continuamente respaldado por nuestro proceso de inversión en toda nuestra gama de estrategias sostenibles, basado en tres pilares: el filtro normativo ESG, la exclusión de compañías que presenten controversias y la exclusión cuantitativa o cualitativa de sectores.
Para nosotros, la inversión sostenible genera un doble valor añadido: uno que proviene del lado financiero y otro que tiene su origen en el lado de la sostenibilidad.
Por un lado, está el aspecto financiero. Invertir en compañías y Estados que integran criterios ESG en sus modelos de negocio o hacer todo lo posible para garantizar el bienestar a largo plazo de sus ciudadanos expone a los accionistas y obligacionistas a menos «riesgos de cola».
Por otro lado, se encuentra el aspecto de la sostenibilidad. El planeta se enfrenta a múltiples desafíos en lo que respecta al cambio climático, la escasez de recursos y el suministro de agua, y podemos dar un valor añadido a la sociedad en general cuando invertimos en compañías y Estados que toman en cuenta estos desafíos.
Prestar una mayor atención en factores medioambientales, sociales y gubernamentales que benefician a toda la sociedad podrá mitigar futuros riesgos financieros. Además, los retos ESG crean oportunidades de negocio.
Los ganadores del presente no son siempre los ganadores del futuro, pero en la inversión la innovación en las pequeñas empresas, las nuevas temáticas que moldearán el futuro y las características de una sociedad 5.0 son un buen punto de partida.
“Conviene invertir en acciones o valores que den acceso al capital de empresas «del futuro», a nivel mundial y seleccionándolas por buenos fundamentales, pero además con altos estándares en criterios medioambientales, impacto en la sociedad y buena gobernanza”, señala Amparo Ruiz Campo, Country Head Spain & LatAm de DPAM. Asimismo, destaca que la mejor forma de tener exposición a este tipo de compañías es invertir en un fondo global, multitemático y sostenible. Una de las estrategias que mejor ejemplifica nuestras convicciones de inversión sostenible a nivel global es el fondo DPAM Invest B Equities NEWGEMS Sustainable .