Ante los últimos movimientos en el ámbito de las relaciones internacionales, la buena marcha de las negociaciones entre Estados Unidos y China parecen estar enfriándose, a la vez que es cada vez menos discutible que nos encontramos en un contexto de pérdida de momentum en el escenario económico.
Iniciamos una nueva semana marcada por los últimos acontecimientos relacionados con el comercio internacional. Así, hace muy pocos días conocíamos que Estados Unidos iba a eliminar con carácter inmediato los aranceles con Canadá y México sobre el acero y aluminio, algo que indudablemente permite interpretar que el acuerdo comercial entre los tres países, no solo va por buen camino, sino que está próximo a alcanzarse con cierta facilidad. En cuanto al frente europeo, Estados Unidos anunciaba un aplazamiento de 6 meses en la decisión sobre imponer aranceles a los coches importados desde Europa y Japón.
En cuanto a China, las relaciones en el corto plazo parecen estancadas. Además, hemos conocido que varias compañías americanas han suspendido sus relaciones con Huawei; es el caso de Google, que dejará de dar soporte de software; o fabricantes de chips, como Intel, Qualcomm o Micron, que dejarán de suministrar hardware al fabricante chino. En definitiva, estos últimos acontecimientos no hacen más que poner de relieve las desventajas comerciales con las que muchas compañías intercambian con China; desventajas que se han ido enquistando en los últimos años, y que no han hecho más que acentuar la exigencia de los países occidentales de que China deberá ceder en ciertos privilegios de los que hasta ahora disfrutaba. En nuestra opinión, y sabiendo que, de lo contrario, el proteccionismo con China irá en aumento, debemos ser pacientes con la consecución de un acuerdo que inevitablemente deberá ser más equilibrado hacia el lado occidental.
Los recientes datos macro continúan siendo mixtos. En Estados Unidos, la semana pasada sorprendió el dato de confianza del consumidor proporcionado por la Universidad de Michigan, especialmente, el componente de expectativas, en máximos históricos. Sin embargo, tanto las ventas al por menor, como la producción industrial no fueron alentadoras. En cuanto a China, conocimos la tasa de crecimiento de la producción industrial, que sorprendió negativamente, 5,4%, frente al anterior, 8,5%. En cuanto a la zona euro, el crecimiento del PIB se mantuvo en línea con el dato anterior, 1,2%, aunque es importante destacar una cierta ralentización, algo mayor que la prevista, en Alemania, con un dato de 0,6%, frente al anterior de 0,9%.
La cartera de Adriza Neutral FI continúa manteniendo una exposición del 35% a renta variable, moderada a las valoraciones implícitas actuales, y significativamente inferior a la que manteníamos a principios de año. La posición actual nos parece apropiada para el intercambio rentabilidad-riesgo en los activos de renta variable y, por supuesto, en el contexto de una necesidad de diversificación técnica de la cartera y niveles de tipos de interés actuales.
Recuerden: si las letras del Tesoro ofrecen rentabilidades negativas, no hay retorno sin riesgo y, como siempre, “Tengan cuidado ahí fuera”.